Boeing gana un 50% menos lastrado por su nuevo 'jumbo'
La mala marcha del programa 747-8, el nuevo jumbo que Boeing quiere lanzar para competir con el superavión A-380 de Airbus, ya ha comenzado a pasar factura a las cuentas del grupo estadounidense.
En el primer trimestre del año, la compañía ganó 610 millones de dólares (469,3 millones de euros), la mitad que en el mismo periodo de 2008. La principal causa de esta caída del beneficio es la entrada en pérdidas del proyecto del 747-8, que sigue con problemas. Ayer mismo, el presidente de Boeing, Jim McNerney, aprovechó una rueda de prensa telefónica para anunciar un nuevo retraso en la entrada en servicio de la versión de pasajeros del jumbo. El primer avión no se entregará en el segundo trimestre de 2011 sino a finales de ese año, con lo que la aeronave ya acumula 12 meses de demora respecto al calendario original.
En la actualidad, el único cliente del 747-8 de pasajeros es la aerolínea alemana Lufthansa, que encargó 20 unidades en 2006. Los retrasos se deben a problemas en la cadena de suministro debido a las modificaciones de diseño del avión y a la falta de ingenieros suficientes para realizar los trabajos. McNerney no garantizó que el programa no vaya a suspenderse aunque subrayó que ésta 'no es la intención' del grupo.
Los resultados trimestrales también sufrieron el impacto negativo de los anunciados recortes de producción en aviones de dos pasillos (el ritmo de fabricación del 777 caerá un 29% a partir de junio de 2010) y de una evolución de los precios de las aeronaves inferior a la esperada.
Estos elementos han provocado una caída del 58% en el beneficio operativo de la división de aviones comerciales, hasta los 417 millones de dólares (320,9 millones de euros), con un recorte de los márgenes de 7,1 puntos, hasta el 4,9%.
Pese a las dificultades por las que atraviesa la compañía, su facturación global creció un 3%, hasta los 16.502 millones de dólares (12.695 millones de euros).
En todo caso, el grupo ha recortado su previsión de beneficio para todo el año en un 6,5%, para situarla entre los 4,70 y los 5 dólares por acción. Boeing mantiene el resto de sus estimaciones, incluida la previsión de entregas de aviones comerciales, que es de entre 480 y 485 unidades. A 31 de marzo ya había alcanzado las 121. La cancelación de entregas sigue siendo la mayor preocupación. McNerney reconoció que en el futuro puede haber 'muchos más' de los 60 aplazamientos ya solicitados (uno o dos en 2009).