La década prodigiosa de las cajas
Han sido el gran fenómeno financiero de las dos últimas décadas. Y sobre todo de los últimos 10 años. Lógico. No podían expandirse fuera de España y optaron por acaparar el mercado doméstico. Hablamos de las cajas de ahorros, 45 entidades financieras que en una década han conseguido sumar cuota de mercado para representar más de la mitad del sector bancario del país. Su apuesta por crecer les llevó a parecerse cada vez más a los bancos, con su incorporación a todas las ramas de la actividad financiera. Su red de oficinas se disparó. Desde el año 2000 hasta el cierre del pasado ejercicio el número de sucursales ha pasado de 19.268 a 24.985, tras cerrar 16 en el último trimestre por primera vez en su historia. Los bancos cuentan con 15.580 establecimientos.
Durante estos mismos años lograron arañar cuota de mercado a los bancos en créditos. Pasaron de controlar el 40,9% de este capítulo al 47,3% en ocho años. Posición inversa a la de sus rivales, que con el 48,9% de cuota en préstamos cerraron el año con un peso del 43,7%. Este agresivo crecimiento es lo que ahora les ha pasado factura en sus balances y cuentas de resutados. Su morosidad se situó en 2008 en una tasa del 3,79% frente a la del 2,81% de los bancos. Ahora ya está en el 4,84% para las cajas de ahorros y en el 3,45% en los bancos. Y aunque parece que la tendencia para los próximos dos meses es permanecer en niveles similares, el sector mantiene sus previsiones de cerrar el año con un ratio de impagados del 9%.
En cuanto a los depósitos, la curva ha sido bastante plana en esta década. Las cajas controlaban el 51,18% del total de los ahorros en balance de los españoles en 2008, mientras que los bancos tenían el 42,36%. Ahora las diferencias son muy similares. Las primeras suman el 52,27% de los depósitos y los segundos poseen el 41,51%.
Sólo se aprobará en breve el fondo de rescate de la banca
Morir de éxito. Eso es lo que vaticinó hace una década y media un gran banco, BBVA -entonces BBV- sobre las cajas. No parece que su muerte o cambio de modelo sea inmediato. Aunque crecen las voces que lo reclaman, y todos reconocen que tendrán que abordar algunas modificaciones. Más a raíz de la intervención de Caja Castilla La Mancha y del lamentable espectáculo político que se está produciendo en Caja Madrid, con el enfrentamiento del Gobierno regional y el Ayuntamiento con la entidad como escenario.
Cuando Juan Ramón Quintás asumió la presidencia de la CECA ya comenzó a pedir una menor presencia política en los órganos de gobierno de las cajas, ya limitados con la Ley Financiera al 50%. En Cataluña, la influencia de los órganismos públicos en las cajas sólo llega al 25%. Por ello, la negativa de los catalanes a cambiar la ley de cajas podría subsanarse a nivel nacional. El límite se puede fijar en ese 25%, lo que no alteraría para nada los consejos de las 10 cajas catalanas. Sólo, como ha dicho en los últimos días Quintás, sería cuestión de trasladar la ley de esta autonomía a toda España. El problema es que parece que Manuel Chaves, ahora vicepresidente tercero del Gobierno -pero hasta hace dos semanas presidente de la Junta de Andalucía-, no está muy conforme con esta reducción.
Retirar las trabas para que las fusiones interregionales sean una realidad y no sólo se puedan realizar entre cajas gobernadas por el mismo partido político tampoco parece posible. Y el primero en oponerse es Castilla León, que prefiere fusionar todas sus cajas regionales pese a que ello no sea la solución más idónea. El Gobierno de Cataluña también es contrario, y no son los únicos.
La solución para que las cuotas participativas -acciones sin derechos políticos- sean más atractivas al concederles representación en los consejos de las cajas, como sugiere el Banco de España -ver CincoDías del 3 de abril- no cuenta con el beneplácito de Economía, sindicatos y sector. Creen que es la puerta de atrás para privatizar el sector. Temores fundados si se tiene en cuenta que el gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez siempre ha sido partidario de que todo el sistema financiero se rija por las mismas reglas, el mercado.
El ya ex ministro de Economía, Pedro Solbes, mostró a Ordóñez su disconformidad por la forma en que éste presentó sus propuestas para reestructurar el sector. Realizó un borrador que entregó a la vez al portavoz de Economía del PP, Cristobal Montoro, y a Solbes. El ministerio, ahora encabezado por Elena Salgado, le recordó que su papel no era regular sino supervisar. La posibilidad de dar derechos políticos a las cuotas participativas también sorprendió a la CECA.
Por ello, parece que lo único que se aprobará en breve será el fondo de recapitalización de cajas y bancos, con capital público por determinar. La reducción del peso político en las cajas tardará. Más complicado es modificar las cuotas, que cuenta con escasos apoyos. Salgado todavía no se ha reunido con Ordóñez, la AEB o la CECA. Pero sí ha dejado claro que Economía trabaja en su propio plan, que consensuará con los partidos políticos.