_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La factura de General Electric

General Electric solía ser un líder para la economía global. Ahora puede ser un apoderado de los paquetes de estímulo mundiales. El resultado del primer trimestre del conglomerado industrial ha batido las expectativas. Incluso el área financiera ha hecho dinero. Pero estos brevemente atractivos negocios parecen ahora un lastre, y sus, una vez aburridos negocios, parecen dispuestos a beneficiarse de una eventual mejora económica -y, a corto plazo, de un gasto público mundial-.

Las unidades del negocio industrial tradicional lo hicieron bien en el trimestre. Las ganancias en infraestructuras de energía crecieron un 19% respecto al primer trimestre de 2008, mientras que los ingresos por infraestructuras tecnológicas aumentaron un 6%. Incluso GE Capital, el negocio financiero, no lo hizo mal, con unos ingresos de casi tanto como Citigroup en el trimestre. Ha registrado 1.100 millones de dólares de beneficios y está en camino de la rentabilidad para lo que queda de año.

Por supuesto, no todo es optimista. Los pedidos de infraestructura han bajado un 10% y los pedidos de equipamiento y servicios fueron planos. Mientras tanto, GE Capital tomó 5.700 millones de dólares en provisiones de créditos, que podría dejar los resultados futuros y potencialmente su posición de capital bajo presión si retornan las pérdidas.

En resumen, el más firme negocio industrial está eclipsando a GE Capital. La compañía espera que aquellas unidades se beneficien más del gasto para estímulos globales. La compañía está intentado captar 100.000 millones de dólares de negocios potenciales como resultado de los 2 billones que se estima que los Gobiernos están gastando en áreas relevantes, particularmente en energía eólica y en infraestructuras en China.

A simple vista, todo esto parece justificar el mix industrial-financiero de GE. Después de todo, hace un par de años el financiero era el área de gran crecimiento. Pero la perspectiva a largo plazo sugiere que GE tiene pocas razones para depender de éste.

El boom del préstamo mundial es ahora reconocido como una rara y perjudicial burbuja. Como consecuencia de su explosión, el crecimiento del préstamo probablemente lastrará el PIB por algún tiempo. De hecho el estrés causado por el credit crunch ha costado caro a GE, cuestionando a toda la empresa financiera. La respuesta podría ser recortar la pérdida de GE Capital y volver a las raíces de GE. Con la reactivación de los estímulos públicos y una eventual mejora económica, los negocios industriales podrían estar preparados para marchar muy bien durante años.

Lauren Silva Laughlin

Archivado En

_
_