'Latinoamérica no verá caídas de PIB del 10%'
La recesión ha cogido a América Latina con la resaca del mejor lustro económico que se recuerda. El analista de Deloitte apunta hasta qué punto le puede afectar.
¿Latinoamérica resistirá mejor esta crisis que otras?
Sin duda. Por un lado, hay una mayor estabilidad institucional, cuyo déficit había sido un lastre durante décadas. Por otro, la mejoría macroeconómica ha sido clara, con monedas saneadas, bancos centrales independientes y mayor estabilidad fiscal, salvo excepciones como la de Venezuela. Además, la mayoría son hoy menos dependientes de capitales extranjeros. La región no se librará de caídas de PIB, pero en ningún caso se verán descensos del 10% como en los noventa o a principios de esta década.
¿Hasta qué punto va a castigar la caída de precios de las materias primas?
Es cierto que se ha producido un recorte notable, que afecta desde las ventas de cereales hasta las de metales o petróleo, que en conjunto suponen dos tercios de las exportaciones regionales y hará que éstas aporten menos al crecimiento. Sin embargo, al mismo tiempo también están cayendo los precios industriales, lo que abarata las importaciones latinoamericanas. El efecto neto es perjudicial, aunque difícil de cuantificar.
¿Qué postura defiende la región en la reforma del sistema financiero global?
Con escasas excepciones, la posición de Brasil es compartida: se debe fortalecer financieramente a los organismos multilaterales de crédito, reducir las condiciones de los préstamos en tiempos de crisis y huir del proteccionismo, que resulta especialmente perjudicial para los países emergentes.
¿Cómo afectará la crisis a los liderazgos en Venezuela o Bolivia?
Por una parte, el aumento del paro generará descontento social, aunque los oficialismos echarán la culpa al exterior. Pero, por otro lado, estos aprovecharán el aumento del intervencionismo en Europa o Estados Unidos para defender sus políticas populistas.
¿Cambiará la relación con la región la nueva Administración Obama en Estados Unidos?
Los Gobiernos demócratas de EE UU siempre se han interesado más por América Latina y Obama ya ha dado pasos sobre Cuba o con los acuerdos energéticos con Brasil. Sin embargo, con la cantidad de problemas domésticos que tiene, no sé si al nuevo presidente le quedará todo el tiempo que quiere para mirar hacia el sur.