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Finanzas

La crisis abre grietas en las cajas de ahorros

La intervención de CCM ha puesto de relieve su elevada exposición al crédito a promotores y avivado el debate sobre su politización.

La intervención del Banco de España en Caja Castilla-La Mancha ha abierto la caja de Pandora en el sistema financiero español. Ha sido la primera señal de alarma sobre el explosivo efecto que pueden llegar a causar en una entidad financiera la actual crisis económica y un abuso en la concesión de créditos a promotores durante los últimos años.

La continua retirada de depósitos y un crecimiento desbordante de la morosidad han aproximado peligrosamente a Caja Castilla-La Mancha a la situación de insolvencia y aunque, según el mensaje tranquilizador en el que insiste el Banco de España, la entidad tiene un patrimonio neto positivo, sus ratios de capital eran ya inferiores a lo que exige la regulación bancaria, lo que ha precipitado su intervención.

Lo que comenzó como un problema de liquidez se ha convertido en una seria amenaza para la solvencia, un peligro al que no escapan otras entidades financieras españolas, en especial las cajas de ahorros, que han asumido una mayor exposición al crédito a promotores que los bancos. La morosidad de las cajas, que tienen en sus balances el 54% del total de estos créditos, estaba de media en febrero en el 4,69%, superior en un 40% a la de la banca. La propia OCDE apuntó esta semana que, si bien el sector financiero español está en una situación financiera mucho mejor a la de muchos otros países occidentales, las cajas son un 'sector de riesgo, en particular aquellas que están expuestas a riesgos en los mercados inmobiliarios'.

Tanto el Ministro de Economía, Pedro Solbes, como el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, han afirmado que, hoy por hoy, ninguna otra entidad se encuentra en una situación similar a la de Caja Castilla-La Mancha. Pero la crisis económica es profunda y tozuda y, tal y como reconocen en el sector financiero, lo peor está por llegar. El Banco de España reconoce que la aportación de capital público en la banca va a ser inevitable y prevé nuevas intervenciones en entidades pequeñas y medianas. Advierte incluso que el coste de la actual crisis financiera va a ser mayor al de crisis precedentes, una realidad que encuentra peor pertrechado al sector de cajas.

Necesidades de capital

Un informe de Credit Suisse publicado esta semana calcula que las cajas van a tener necesidades de capital durante al menos uno o dos años por 60.000 millones de euros. La firma advierte que esta necesidad, si bien no supone una crisis sistémica para el entramado financiero español, difícilmente podrá ser cubierta por el propio sector. Las cajas disponen de una abundante cartera industrial, aunque su venta no sea la solución más inmediata a la vista de la parálisis de operaciones corporativas y de los estrechos vínculos, a menudo más políticos que financieros, que unen a las cajas con sus participaciones industriales. Además las cajas, a diferencia de los bancos, no pueden recurrir a las ampliaciones de capital. Disponen de otros instrumentos, como las emisiones de preferentes o el lanzamiento de cuotas participativas -por el momento emitidas sólo por la CAM-, pero insuficientes en cualquier caso para abordar un deterioro de los balances tan vertiginoso como el actual. 'La recapitalización por parte del Gobierno a través del Fondo de Garantía de Depósitos nos parece la solución más lógica', añaden en Credit Suisse, donde puntualizan además que los bancos pueden ser capaces de sortear la crisis actual sin ayudas públicas.

Fusiones en el aire

El sector coincide en que la actual crisis dejará un mapa muy diferente en el sector de cajas y propiciará las fusiones, aunque el fracaso de la unión de Unicaja con CCM -que precipitó la intervención del Banco de España- también pone de manifiesto las limitaciones de esta fórmula. 'Las cajas ya tienen bastante con gestionarse a sí mismas como para asumir nuevos problemas. Y recurrir al dinero público para una fusión puede crear un sistema de incentivos muy perverso', añaden en el sector.

La intervención de Caja Castilla-La Mancha ha disparado todas las alarmas y está precipitando el diseño de un plan concreto con el que socorrer a las entidades financieras en apuros. El Banco de España ha propuesto al Gobierno la creación de un nuevo fondo de reestructuración con el que responder de forma ágil a los problemas de liquidez, a través de la adquisición de participaciones preferentes o incluso de cuotas participativas, y su gobernador ha propuesto también una reforma legal que dote a las cajas de ahorros de mayores recursos con los que financiarse y las aproxime a las facilidades de que disponen los bancos.

Politización

La intervención en Caja Castilla-La Mancha ha destapado definitivamente los estragos de la euforia en la concesión de créditos en los años del boom inmobiliario. Pero ha reabierto también el debate sobre la politización de las cajas y la necesidad de una reforma en el sector, hasta el punto de que otra de las medidas que contempla el Gobierno es un cambio legal que reduzca el peso político en los órganos de gobierno de las cajas desde el 50% actual al 25% o incluso por debajo. En una situación de crisis como la actual, la prioridad es la profesionalidad en la gestión y la certeza de que los intereses políticos no prevalezcan sobre los financieros. 'El Banco de España está analizando con detalle a algunas cajas y está diferenciando según la credibilidad y la confianza que le merecen sus equipos gestores', señalan fuentes del sector. En este sentido, las ayudas van a ser individuales y se descarta la tesis de una inyección generalizada de capital para bancos y cajas. 'Si el Banco de España quiere mantener su prestigio como regulador no puede recurrir al manguerazo', añaden en el sector.

Soluciones individuales

El Gobierno ha evitado en los mensajes lanzados esta semana las alusiones a la solvencia de las entidades financieras españolas y ha defendido que las medidas previstas está centradas en garantizar la liquidez. Sin embargo, la intervención en Caja Castilla-La Mancha va más allá de la reacción ante un problema de liquidez. 'La solvencia de CCM ha quedado en entredicho. No basta con que el patrimonio neto sea positivo, hay que cumplir con determinados coeficientes legales. Y, asimismo, hay que tener un colchón adicional pronto ya que de aquí a otoño la morosidad de las entidades va a crecer mucho', advierte Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y consultor de la Fed de Chicago.

El deterioro financiero de CCM es por tanto un patrón que puede repetirse. La morosidad de la caja se multiplicó durante el pasado año del 0,5% al 5,1%, al tiempo que la tasa de cobertura menguaba drásticamente del 385% al 36%. Al cierre del pasado ejercicio, la caja manchega reconoció un déficit de recursos propios de 157 millones de euros, tras presentar un ratio de solvencia del 7,2%, por debajo del 8% que marca la regulación. Y anunció un beneficio de 30 millones de euros, que en realidad pueden convertirse en pérdidas de varios cientos de millones en el momento en que la administración del Banco de España determine con exactitud las necesidades de provisiones por morosidad y depreciación de activos.

La situación de CCM no es ni mucho menos extrapolable al conjunto de las cajas de ahorros, pero hay indicadores que pueden hacer saltar las alarmas en el futuro. El volumen de créditos morosos de las cajas de ahorros ha aumentado desde los 8.600 millones de euros de enero de 2008 a los 39.300 millones de un año después, con un incremento del 17% sólo en enero.

Los créditos morosos a promotores se incrementaron en mil millones de euros en los últimos diez años hasta diciembre de 2007, frente al alarmante crecimiento de 18.000 millones de euros sólo durante 2008. Credit Suisse calcula que en los próximos doce a dieciséis meses, el conjunto del volumen de créditos morosos de las cajas puede duplicarse hasta alcanzar los 77.000 millones de euros, frente a un volumen de recursos propios de 64.000 millones.

Según cálculos de la firma suiza, con datos de diciembre de 2008 publicados por la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), el ratio de recursos propios sobre el volumen de activos de las 32 cajas de ahorros de menor tamaño es del 3,7%, lejos del 10,1% de la BBK, que lidera este ranking; del 8,3% de Unicaja o del 6% de La Caixa. Bancaja arroja un ratio del 3,5% y la CAM, que acaba de recibir autorización del Banco de España para comprar una financiera mexicana por 145 millones de euros, del 4,4%. Caixa Catalunya y la CAM destinaron al aumento de provisiones una cuantía superior a su beneficio operativo del pasado año.

'La clave estará en ver cuál es la tasa de recuperación de todo ese volumen de provisiones y en qué plazo. El problema es que son provisiones vinculadas al sector inmobiliario y la recuperación de este sector va a ser muy larga y costosa', explica Carmen Ansotegui, Profesora de Finanzas de Esade.

Los obstáculos futuros para CCM: de la subasta a la liquidación

La intervención del Banco de España en Caja Castilla-La Mancha cierra una época en la caja de ahorros y abre un periodo de incertidumbre sobre cuál será su futuro. La institución ha tomado las riendas de la gestión de la entidad y tiene por delante varias opciones: el reflotamiento de la caja, su liquidación o su saneamiento para una posterior subasta.Miguel Ángel Fernández Ordóñez ya ha avanzado que la liquidación de Caja Castilla-La Mancha es la fórmula menos probable, lo que deja por delante la posibilidad de que la entidad sobreviva a la intervención, previsiblemente con un tamaño más reducido y riesgos mucho menores después de un proceso de saneamiento, o que salga a subasta, como sucedió con Banesto. En cualquier caso, ambas opciones plantean numerosas incertidumbres.La supervivencia de CCM requeriría la renovación de sus órganos de gobierno, después de que el Banco de España haya decidido la destitución de su presidente. La elección de nuevos cargos exigiría un esfuerzo de consenso entre los partidos políticos -en línea con la reforma legal que planea el Ejecutivo para primar la profesionalización del sector- y que, hoy por hoy, se encuentra con los dos principales partidos políticos visiblemente alejados.La opción de la subasta planeta una dificultad añadida en el caso de una caja de ahorros y es el futuro de la obra social de CCM. Según apuntan fuentes financieras, la venta de una caja de ahorros debería hacerse preferentemente dentro del propio sector de ahorro dada su peculiar naturaleza jurídica, aunque sin pasar por alto el apego que los gobiernos locales, en este caso el manchego, tienen por la obra social de las cajas.

Alternativas

Fusiones. Los débiles márgenes de negocio actuales les restan atractivo y se complican especialmente cuando aparecen problemas de solvencia, como ha sucedido entre Unicaja y CCM.Despolitización. CCM y la guerra interna en Caja Madrid han llevado al Gobierno a prever un cambio que rebaje el peso político en los órganos de gobierno.Financiación. El Banco de España pretende que las cajas tengan más instrumentos para obtener recursos propios.

La cifra

54% es el porcentaje asumido por las cajas sobre el crédito a promotores, resultado de su fuerte vínculo con las economías locales y de una menor diversificación.

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