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Crisis

La zona euro reclama que se apliquen rápidamente los acuerdos del G-20

Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo), reunidos el viernes en Praga, celebraron los acuerdos alcanzados en la reunión del G-20 en Londres como una victoria europea y pidieron que se apliquen cuanto antes para devolver la confianza a inversores y trabajadores.

'Las decisiones que se han tomado en Londres son ambiciosas, de gran alcance (....) y van en la dirección correcta', señaló en rueda de prensa el presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, pidió en la misma rueda de prensa que 'las decisiones aprobadas se apliquen lo más rápido posible'. El G-20 acordó el jueves, entre otras medidas, inyectar 1,1 billones de dólares en la economía mundial, una cifra que se añade a los cinco billones que la comunidad internacional, a través de los planes nacionales de estímulo fiscal, ya ha aportado para la recuperación.

Pero la UE en general y la zona euro, en particular, se sienten especialmente satisfechos por los acuerdos londinenses sobre regulación de los mercados financieros. Fuentes comunitarias indican que la futura regulación de hedge funds y agencias de calificación, así como el ataque contra los paraísos fiscales, coincide plenamente con los postulados defendidos por Bruselas.

El propio Juncker, sin embargo, arremetió el viernes contra la OCDE después de que ese organismo colocara a su país, Luxemburgo, y a otros dos miembros de la zona euro, Austria y Bélgica, en una lista de Estados que no aplican todavía los convenios internacionales sobre transparencia fiscal.

Apoyo al BCE

Los ministros también mostraron comprensión hacia decisión del BCE de recortar los tipos de interés 0,25 puntos hasta el 1,25%. La mayoría de los analistas se sintieron defraudados el jueves porque esperaban una medida más drástica de Fráncfort. Trichet no descartó nuevas rebajas de tipos durante la reunión del BCE en mayo.

Por otro lado, el Ecofin pidió a la junta de normas internacionales de contabilidad que modifique las reglas contables que aplica a las entidades financieras, en línea con decisiones adoptadas en EE UU para no dejar en desventaja a las entidades europeas. La autoridad estadounidense acordó relajar la norma que obliga a las entidades a contabilizar sus activos en función del precio de mercado.

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