Sánchez-Ramade necesitó refinanciar 600 millones de deuda inmobiliaria
El holding cordobés Sánchez-Ramade, segunda firma andaluza por detrás de Abengoa, se vio obligado a refinanciar el pasado año los 600 millones de la deuda acumulada principalmente por su filial inmobiliaria Noriega. El grupo, que admitió ayer vivir en 'economía de guerra', sólo recortó sus ventas un 3% en 2008, hasta los 1.406 millones, gracias a la diversificación del negocio y la venta de 80 millones en activos.
La crisis del ladrillo y la del consumo han hecho mella en las cuentas del grupo Sánchez-Ramade, que vive un segundo año económico de dificultades y espera retomar el crecimiento a partir de 2010, según admitió ayer en Córdoba Javier Sánchez-Ramade, que acaba de ser nombrado presidente de la sociedad que regentaban hasta ahora los cuatro hermanos de la familia.
Pese a que la empresa tuvo que reestructurar la deuda de sus filiales patrimonial y promotora en 2008 y vender hasta 80 millones en activos inmobiliarios, su primer ejecutivo consideró 'muy bueno' el resultado de 2008 'teniendo en cuenta el contexto económico'. Para este año, se conforma con repetir resultado, aunque admite que en el caso de Noriega las ventas caerán más del 30%. La crisis todavía no ha exigido un recorte de empleo importante en el grupo, aunque Sánchez-Ramade no descarta llevarlo a cabo si la recesión empeora.
Las cinco principales divisiones cotizaron a la baja, pero 'unos sectores se han amortiguado con otros', en palabras de Javier Sánchez-Ramade, que presidió ayer en Córdoba la segunda convención de directivos de la compañía bajo la consigna de la 'solidez y solvencia' de la firma y 'su clara vocación de continuidad'. La mayor caída la registró la empresa de venta de automóviles, cuya facturación bajo un 17%, la mitad de lo que lo hizo el sector. También la distribuidora de electrodomésticos Urende recortó su negocio un 6%, mientras que la filial tecnológica Diasa repitió resultados.
Diversificar en obra pública
Como paradoja, Noriega, la división que ha causado mayores quebraderos de cabeza al grupo por el desplome de sus ventas, todavía registró en 2008 'unos resultados históricos' por el importante volumen de vivienda entregadas, unas 400, y por el alza de los productos de alquiler. La actividad de promoción y construcción sumó 460 millones, el mismo volumen que en 2007. Para apuntalar esta división en el futuro se apostará por reforzar la renta y entrar en obra pública.
El presidente del grupo cordobés aseguró que la empresa empezó a tomar medidas de ajuste en 2007, en cuanto atisbó la debilidad en la demanda de viviendas. Se inició entonces la optimización de costes, el 'adelgazamiento' de las estructura y la revisión del plan financiero. Fruto de esta última actuación se logró firmar una cuerdo de reestructuración de la deuda con un total de 21 entidades financieras.
Sánchez-Ramade admitió que no es momento de comprar ni de vender, por los que descartó tanto la adquisición de la firma PC City con la que se había especulado en el sector como la retirada de sus inversiones financieras en Iberdrola, BBVA y Banco Sabadell.
Mientras la situación económica mejora, la compañía, que en los últimos años ha crecido a un ritmo del 25% anual, no renuncia a proseguir tímidamente con su expansión. Lo hará de la mano de Urende, que abrirá tres nuevos centros este año frente a los seis o siete de otros ejercicios, y de las filiales de automoción y de formación.
Ampliación de capital este verano
La reestructuración de la deuda de Noriega exigirá este año una ampliación de capital por parte del grupo, una operación que se podría cerrar este verano. Para Javier Sánchez-Ramade, en la presente crisis 'hay que sobrevivir, hay que aguantar el año 2009 y el año 2010 y salir fortalecidos para proyectar la compañía a los próximos diez o 15 años'. Es el mensaje que se llevaron ayer los 250 directivos reunidos en Córdoba.