Londres se convierte en un fortín
La céntricas calles de Londres se convirtieron ayer en un fortín asediado por manifestantes que protestaban contra la cumbre del G-20. Miles de personas tomaron la City y también asaltaron, literalmente, algunas oficinas bancarias. El punto máximo del esperpento se produjo cuando la policía detuvo a 10 jóvenes que querían acceder a la zona de las protestas a bordo de un coche acorazado (la versión anarquista del famoso Batmóvil). Los pocos ejecutivos que fueron ayer a sus puestos de trabajo -con atuendo informal (es decir, de camuflaje)- relataban que el sonido de helicópteros les recordaba a la película Apocalypse Now. En el restaurante francés Coq d'Argent, situado en la azotea de un edificio, un grupo de brokers veía los toros desde la barrera. Entre los 36 clientes del local, tan sólo se podían ver dos corbatas.