El Gobierno italiano saca a subasta la licencia de móvil perdida por Telefónica
La historia está muy cerca de terminar. Tras casi nueve años de peleas y encontronazos judiciales, el Gobierno de Italia no lo ha podido decir más claro. La licencia de telefonía móvil que Telefónica compró en 2000 por más de 3.250 millones de euros ya no es de su propiedad. El Estado va a subastarla al mejor postor. ¿Las ofertas? A partir del 8 de mayo.
Telefónica lo ha intentado todo para sacar algo de rendimiento a la licencia de telefonía móvil de tercera generación que compró en Italia a finales del año 2000 junto con otros socios por más de 3.250 millones de euros. Primero intentó venderla y estuvo muy cerca de conseguirlo. Tuvo una oferta de Enel encima de la mesa en 2004, pero se truncó por problemas fiscales. A partir de ahí, el proceso se dilató sin que nadie tuviera interés por comprarla y el Gobierno italiano comenzó a exigir sus derechos sobre un espectro que Telefónica no iba a utilizar, tras su decisión de 2002 de congelar el proyecto de crecimiento europeo por la vía de la explotación de licencias UMTS.
Empezó entonces un pulso entre Telefónica e Italia. La primera buscaba algo a cambio de su inversión; no tenía intención de devolver el espectro sin una contraprestación del Estado italiano. Pero el Gobierno no tenía intención de dar un euro; acusó a la española de incumplir los compromisos de despliegue asociados a la licencia y argumentó que ese comportamiento le daba derecho a revocar la concesión.
Telefónica acudió a todas las instancias judiciales posibles, pero a mediados de 2008 llegaron los dos últimos veredictos, del Tribunal Civil de Roma y del Consejo de Estado. La operadora no sólo no tenía derecho a contraprestación, sino que debía abonar los pagos pendientes del precio de la licencia que Telefónica dejó de satisfacer mientras la causa era juzgada. En enero, la española pagó 241,3 millones y todavía quedan desembolsos pendientes de 151,7 millones, según consta en su informe anual.
Telefónica sigue buscando medios para continuar la batalla legal, pero el Gobierno italiano, liderado por Silvio Berlusconi, ha cortado por lo sano. Italia se considera legítima propietaria de las frecuencias y para demostrarlo las va a sacar a subasta. Por supuesto, los ingresos de la venta, si los hubiera, se quedarán en las arcas italianas.
El proceso ya está en marcha, según varios medios italianos. Las ofertas se pueden presentar hasta el 8 de mayo y la puja mínima es de 495,7 millones por un bloque de frecuencias -la licencia de Telefónica se ha dividido en tres-.
Dada la crisis económica mundial y el precio establecido, pocos contemplan la posibilidad de que la primera ronda no quede desierta. Se abrirá entonces un segundo turno, en el que las ofertas partirán de 88,7 millones.
La subasta está abierta a todos los postores. El Gobierno, de hecho, espera que entren nuevos candidatos, ya que las operadoras actuales sólo pueden acceder a dos de los tres bloques en venta. Lo más probable es que Telecom Italia, si el estado de sus finanzas se lo permite, acuda a la puja, lo que significaría que Telefónica, como accionista del ex monopolio italiano, volverá a pagar por lo que una vez fue suyo.
La iniciativa del Gobierno busca poner fin al contencioso con Telefónica, que en los últimos años ha intentado reducir su participación en el consorcio dueño de la licencia, como fórmula alternativa para rebajar los daños. Comenzó como propietaria de casi el 50% y ahora tiene -o tenía- el 39,92%.
Austria sí dio una alegría
Telefónica compró licencias de telefonía móvil de tercera generación en cuatro países europeos. Era el año 2000 y su intención era expandirse así por el continente. Pero en 2002 congeló la aventura y empezó a buscar alternativas para las licencias compradas por cifras millonarias. Los resultados no han sido buenos. Suiza e Italia se han quedado con las frecuencias sin compensación y en Alemania el camino es parecido. Sólo en Austria consiguió venderla.