EE UU busca evitar fracasos como el ocurrido a Abertis en Pensilvania
El intento fallido de privatizar la autopista estadounidense Pennsylvania Turnpike, proyecto multimillonario en el que se impuso la española Abertis, centra un informe de la organización Pew Center on the States en el que se aboga por un pacto entre los poderes ejecutivo y legislativo de EE UU que facilite la colaboración público-privada en el desarrollo de infraestructuras.
La concesión del mantenimiento y explotación de la Pennsylvania Turnpike durante 75 años a Abertis se fue a pique, entre otras cosas, por la descoordinación del Gobernador de Pensilvania y los legisladores del Estado. Pero no fue el único error. A juicio de la entidad no gubernamental Pew Center on the States, en un informe en el que ha colaborado la Administración norteamericana, el Estado carecía de un estudio detallado sobre el destino de los ingresos procedentes de la privatización, y no tuvo en la debida consideración los efectos a largo plazo en los contribuyentes, el medio ambiente y la economía.
A partir de estas críticas, que según distintas fuentes han sido analizadas en profundidad por la Administración de Obama, se intentan sentar las bases de un modelo concesional más homogéneo en EE UU, donde Michigan, Luisiana, Nevada, Texas, Florida e Illinois, entre otros, dan pasos definitivos para compartir esfuerzos con la iniciativa privada en la creación y mantenimiento de infraestructuras de transportes.
Pew Center on the States cifra en 47.000 millones de dólares anuales la necesidad de financiación para este tipo de iniciativas en todo el país y cita el modelo de asociación público-privada como óptimo para evitar el envejecimiento de la red viaria.
180.000 millones de dólares en manos privadas, según sus cálculos, están a la espera de colaborar con fondos estatales o federales. Las españolas Abertis, ACS, Global Vía, Cintra, Acciona y OHL son algunas de las que sondean oportunidades.
'El fracaso de la propuesta de arrendamiento de la Pennsylvania Turnpike ofrece lecciones importantes', dice Susan Urahn, directora general de Pew. La de esta carretera de 800 kilómetros de longitud se convirtió el año pasado en la mayor privatización de la historia en el mercado de las autopistas. La apuesta inicial era de 12.800 millones de dólares y, a lo largo de 75 años el consorcio ganador se comprometía a inversiones por otros 11.334 millones.
Finalmente la oferta firmada por Abertis, Citi y Criteria fue retirada ante la indecisión de la Cámara de Representantes del Estado de Pensilvania.
Al respecto, Pew Center on the States recomienda 'la aprobación de una legislación que establezca los intereses generales de EE UU' y añade que se deberían aclarar las reglas del juego antes de arrancar negociaciones con la iniciativa privada en cualquier proyecto. En ese ejercicio de transparencia, el organismo también aconseja 'describir al detalle cómo se gastará el capital procedente de las concesiones y cómo se vigilará al operador privado'.