Las empresas del motor, ante un oscuro 2009
Sólo VW escapó en 2008 de la debacle de las automovilísticas occidentales, que perdieron ventas y beneficio
El año del crac económico mundial ha tenido un duro efecto sobre las automovilísticas occidentales. Y 2009, el año de la incertidumbre, no parece que vaya a ser mejor, con un consenso de caídas de las ventas por encima del 20%. En 2008, la práctica totalidad de las empresas se vio incapaz de evitar un descenso tanto de las matriculaciones como de facturación. Con una excepción: Volkswagen batió todos sus récords y mejoró estas partidas gracias al duro recorte de costes y optimización de procesos emprendido a principios de la década, a la renovación de la gama, a la aportación de Suramérica, la región-Asia Pacífico y China y la estabilidad de las ventas en Alemania. Todos sus rivales occidentales han reducido las magnitudes -sólo el grupo Fiat logró aumentar la facturación-, y tres de ellos (GM, Ford y PSA), incluso, registraron pérdidas en el ejercicio. El panorama negativo se completará cuando las compañías asiáticas, sobre todo Nissan y Toyota, presenten sus cuentas. Esta última ya ha anunciado incluso que perderá dinero este año por primera vez desde que comenzó a operar en 1937.
En este contexto, 2009 supone una incertidumbre, aunque en algo están de acuerdo casi todos. El año no da precisamente buenas vibraciones. Según la gestora francesa ODDO Securities, es una industria que 'salta de la sartén directamente al fuego'.
General Motor sigue siendo el principal objeto de preocupación para los analistas. El plan de reestructuración detallado por la multinacional el 17 de febrero apenas logró impresionar a la agencia Standard & Poor's, que otorga a GM una calificación de CC, tres niveles por debajo del grado especulativo. Para S&P, 'incluso si el Gobierno aprueba el plan de reestructuración de GM ... el riesgo de bancarrota sigue siendo alto para 2009 y aun 2010'. Su auditor, Deloitte, tiene 'dudas sustanciales' sobre su futuro.
Algo mejor parece estar Ford, y eso, a pesar de haber sufrido en 2008 las mayores pérdidas de su historia. La compañía no depende de la ayuda gubernamental como GM o Chrysler. Y no porque sus ventas vayan mejor, sino porque en noviembre de 2006 lanzó una emisión de deuda y acordó una línea de préstamos de 14.000 millones para lo cual hipotecó sus plantas. Con este dinero, pretende sostener el negocio y financiar su dolorosa reestructuración. La empresa mantiene sus planes de ser rentable en 2011. Desde principios de la década, los tres fabricantes de Detroit han eliminado 250.000 empleos, según Bloomberg.
PSA, por último, se ha visto obligada a lanzar un plan de bajas para 11.000 empleados, que se suma a un programa anterior para 3.550 personas. La automovilística francesa cuenta con volver a perder dinero este año.
Lo peor, en todo caso, puede estar por llegar. Volkswagen, la única que cerró 2008 con resultados claramente positivos, ya ha avisado de que 'las perspectivas para 2009 siguen siendo muy inciertas y entrañan riesgos considerables'. Es más, su presidente, Martin Winterkorn, advirtió, en la presentación de resultados el 12 de marzo, que 'no será posible alcanzar el alto nivel de beneficios de años precedentes'.
La patronal europea de los fabricantes de automóviles y camiones se pronunció la pasada semana en términos similares acerca de la 'incertidumbre' del mercado europeo. 'Las perspectivas para 2009 aún no están claras', explicó la organización empresarial. 'Hasta finales de febrero ya se habían anunciado más de 1.000 paros en fábricas y la presión sobre el empleo está creciendo'. Con estas premisas, ACEA cuenta con que la producción de turismos pueda llegar a caer hasta un 25% y la de vehículos comerciales, otro 30%.
Para la organización, las malas condiciones por las que atraviesa el sector del motor van a dañar el conjunto de la economía. ACEA estima que las automovilísticas emplean de forma directa a 2,2 millones de personas, y otros 9,08 millones de trabajadores dependen de ellas de forma indirecta. Sus miembros generan unos ingresos de 551.000 millones. Credit Suisse también cree que 'aún es demasiado pronto para hablar de recuperación'. El banco de inversión asegura en un informe reciente que las ventas de coches en la UE se reducirán un 25% en el presente ejercicio. El banco se muestra pesimista y no espera que 'haya recuperación en 2010', y que apenas se den 'tímidas mejorías' entre 2011 y 2012.
En estas circunstancias, el flujo de caja se ha convertido en un tesoro, en un entorno en el que la disminución del negocio limita la obtención de liquidez para afrontar las operaciones diarias. Así, los gastos y las inversiones se miran con microscopio, y sólo lo imprescindible sigue adelante. Tanto BMW como PSA aseguraron el día de sus respectivas presentaciones de resultados que este ejercicio se concentrarían en conservar su caja. El año récord de VW se ha saldado, sin embargo, con un descenso del 40,3% en el flujo de caja neto de la filial de automoción hasta 8.000 millones.
Fiat no abonará el dividendo de 2008 'para preservar su liquidez'. La segregación de Opel del organigrama de GM está en buena medida encaminada a lograr que entre liquidez de inversores -públicos y privados- europeos en la compañía. Su rival Ford quemó 5.500 millones sólo en el cuarto trimestre. El presidente de Renault, Carlos Ghosn, aseguró por último en febrero que este año se propone 'conservar la caja cuanto sea posible'.
Dudas de las agencias de riesgo financiero
Las agencias de calificación de riesgos no han dudado en degradar en los últimos meses a casi todas las automovilísticas, o en situar sus perspectivas en negativo (lo que en la práctica es la antesala a una rebaja). La última ha sido Volkswagen. Moody's rebajó de positiva a estable su perspectiva, aunque se mantiene en A3 (calidad buena). La agencia teme un 'severo declive' en algunos de los mercados 'clave' y cierto deterioro de su resultado y de la generación de cash flow.En febrero, Moody's rebajó a Fiat y a Renault al grado de no inversión por la debilidad de su capacidad de generación de caja. Las agencias dudan también de la solvencia de PSA (Baa3 para Moody's y BBB- para S&P). Tanto Ford como GM llevan ya algún tiempo enterradas en el grado especulativo. Las agencias sí aprecian fiabilidad en Daimler BMW, cuyos ratings no bajan de A.