La mejor tecnología es un derecho del paciente
Resonancia magnética, TAC y PET. Las pruebas diagnósticas que la sanidad pública no debería negarle.
La medicina avanza a pasos de gigante. Dolencias que hace diez años requerían una semana de hospitalización hoy se resuelven con cirugía ambulatoria, y ya nadie se extraña cuando los periódicos anuncian que un grupo de cirujanos pioneros han extirpado un riñón o una vesícula a través del ombligo.
Muchos de estos logros deben su éxito a la tecnología sanitaria, especialmente al diagnóstico por imagen. La medicina digital permite mejorar la detección precoz de la enfermedad, calcular su agresividad y evaluar la respuesta del enfermo al tratamiento. También ocupa un lugar privilegiado en la mesa de operaciones.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la osteoporosis sólo podía calibrarse con una densiometría ósea, que mide la densidad mineral del hueso. Hoy la suma de dos máquinas, la Resonancia Magnética y el TAC, permiten realizar una biopsia virtual y analizar su estructura: observar cómo soporta las cargas, calcular su elasticidad. 'Son parámetros que explican mejor la enfermedad y posibilitan un tratamiento más certero', señala Luis Martí-Bonmatí, presidente de la Sociedad Española de Radiología Médica. Otro tanto sucede en el cáncer de próstata. La imagen ayuda a evaluar su agresividad, decidir si hay que biopsiar o no y, de nuevo, acertar con la terapia.
La revolución de la imagen digital ha sido progresiva: primero fue la ecografía (ultrasonido), después el TAC (Rayos X), más tarde la Resonancia Magnética (campo magnético) y por último el PET (tomografía por emisión de positrones), el gran aliado de los enfermos de cáncer.
El PET mide funciones corporales de relevancia -el flujo sanguíneo, el uso de oxígeno, el metabolismo del azúcar- que ayudan a los médicos a evaluar la correcta función de los órganos y tejidos. La suma de la tecnología PET-TAC es mucho más precisa: proporciona imágenes que señalan una ubicación metabólica anormal dentro del cuerpo. El PET es muy útil para estudiar las demencias, la viabilidad miocárdica y la detección de tumores: determina si se han diseminado por el cuerpo, evalúa la eficacia de la terapia y reconoce la recidiva cuando ésta se produce.
Además de ser un aliado del cáncer, su uso es un derecho del paciente cuando la enfermedad hace su aparición, lo que no ocurre en el caso del corazón y las demencias. Ante estas dos patologías, el coste ha hecho que los servicios de salud escatimen las pruebas.
El Real Decreto 1030/2006 de 15 de septiembre fija la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud. 'Hasta 23 situaciones oncológicas deberían ser hoy informadas con PET, según este Real Decreto', afirma el doctor José Luis Carreras, catedrático jefe del servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear. El cáncer de pulmón primario, el cáncer de mama localmente avanzado, el carcinoma de páncreas, el linfoma maligno, los gliomas con alto grado de malignidad, el cáncer colorrectal y el cáncer de tiroides no medular, entre otras.
La realidad es diferente. No hay suficientes aparatos (su coste ronda el millón y medio de euros) y muchos hospitales y facultativos evitan derivar a sus pacientes a los centros donde radiólogos familiarizados con las máquinas podrían informar del alcance del tumor.
A estas alturas del siglo XXI no es infrecuente escuchar a un especialista decir a los familiares de un enfermo que reclama su uso que no es necesario porque el PET da muchos falsos positivos. 'Hoy por hoy es la mejor alternativa para el paciente', dice el doctor Carreras.
También las asociaciones de enfermos lo tienen claro. Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes, médico y enfermo de cáncer, lleva años luchando con su equipo por el derecho de todos a los mejores tratamientos oncológicos.
Algo parecido sucede con la biopsia del ganglio centinela, una prueba que también requiere la pericia de un radiólogo y que hoy está absolutamente aconsejada en el cáncer de mama y melanoma, pues evita una de las peores secuelas de la cirugía, el drenaje linfático anómalo. Esta prueba, que actualmente se está verificando en cáncer de vulva, cabeza y cuello, cuello de útero, estómago y colon, no se realiza en todos los centros por falta de especialistas 'cuando la lógica indica pedir la colaboración de aquellos radiólogos que lo practican en hospitales cercanos', propone el doctor Carreras.
El precio perjudica al usuario
Montar un servicio de medicina nuclear cuesta tres millones de euros, una cantidad al alcance de muy pocos centros hospitalarios. Por eso en España sólo hay 30 servicios completos en la red pública y 10 en la privada. El resto son TAC, Resonancias Magnéticas y PET-TAC sueltos.El coste de las pruebas diagnósticas realizadas con PET-TAC también es alto (700 euros, una imagen de cuerpo completo; 600, la digitalización del cerebro), de ahí que el SNS no incluya como obligatorios los estudios cerebrales y del corazón, a pesar de que multitud de patologías ligadas a estos dos órganos, como las demencias, se beneficiarían con una terapia más certera.
La revolución que viene
En los próximos cinco o seis años, los enfermos podrán beneficiarse de un equipo multimodalidad que combinará las ventajas del PET (Tomografía por Emisión de Positrones) y la Resonancia Magnética. æpermil;stas son muchas: TAC y PET, hoy utilizados conjuntamente, necesitan administrarse con radiofármacos (18F-fludesoxiglucosa (FDG)) y aunque la radiación es muy pequeña, ésta incide en los tejidos.El uso de la Resonancia Magnética, que funciona con rayos X, rebaja la exposición radiactiva al uso del PET. El problema es su tiempo de diagnóstico: para obtener una imagen fidedigna el paciente debe estar dentro de la máquina más de una hora y muchos enfermos padecen claustrofobia. El PET-TAC, sin embargo, resulta fiable con tan sólo 20 minutos de exposición. Las autoridades comunitarias aconsejan dos PET por millón de habitantes: en España sería conveniente disponer de 90 aparatos para garantizar su uso continuado. En este momento sólo hay 50, aunque Madrid va a poner en marcha cinco aparatos nuevos en los próximos meses (Clínico, Doce de Octubre, Puerta de Hierro, Gregorio Marañón y Getafe) que se sumarán al que ya funciona en La Paz. Todas las comunidades disponen de uno o varios equipos. Los centros pueden consultarse en la web de la Sociedad Española de Medicina Nuclear.El otro gran avance vendrá de la mano de la imagen óptica, una técnica en fase experimental. Las lesiones se visualizan con fluorescencia y la luminiscencia.