Renta fija corporativa
Muchas casas de análisis están desde comienzos de año recomendando invertir en renta fija corporativa, ya que sin duda será unos de los activos que nos ofrezcan mayor revalorización a lo largo de 2009.
Invertir en renta fija corporativa es comprar deuda de entidades privadas para financiar su actividad a cambio de recibir unos intereses. A la finalización de la vida del activo, además recibiremos la totalidad de nuestro dinero. Los garantes de esta devolución son los propios emisores, es decir, las compañías que necesitan financiarse, por ello es tan importante al realizar nuestras inversiones seleccionar compañías con sólidos balances y buena solvencia. Las distintas emisiones existentes tienen una calificación crediticia asignada por agencias de rating independientes (Moody's Investor Service, Standard & Poor's, Fitch Ratings, In), que, en función del plazo de la emisión y su seguridad, clasifican cada emisión siguiendo su propia nomenclatura, de este modo se puede valorar el riesgo de la inversión. Cuanto mayor sea el rating, más alto será el nivel de protección, y mayor calidad tendrá la emisión.
La liquidez o disponibilidad que tenemos de nuestro dinero en este tipo de inversiones es la misma que en el resto de mercado, es decir, diariamente se pueden deshacer estas posiciones, siempre que exista una contraparte en el mercado, pero no debemos olvidar que antes del vencimiento del activo las inversiones en renta fija están sujetas a fluctuaciones que en función de los tipos de interés pueden conllevar subidas o bajadas en el propio valor liquidativo de la emisión.
Pero ¿por qué pensamos que 2009 será el año de este tipo de activos? Porque la dificultad que sufren las empresas para conseguir financiación a través de los canales de crédito habituales y la volatilidad e incertidumbre que dominan nuestro entorno económico está haciendo que muchas compañías solventes y con fuertes balances estén viéndose obligadas a pagar unos intereses muy elevados (no olvidemos que el spread, o diferencial, que actualmente tienen los mercados de deuda corporativa respecto al de deuda pública se encuentra en niveles de la gran depresión de los años treinta).
Por otro lado, la fuerte caída de la inflación hace que los cupones que ofrecen estas emisiones de renta fija se vuelvan muy atractivos. Recordemos que con inflación alta, lo ideal es invertir en activos que estén correlacionados con ésta, como por ejemplo en renta variable, ya que las empresas, ante subidas de inflación, reaccionan subiendo el precio de sus bienes, en materias primas o en bonos ligados a la inflación.
Los bonos corporativos, y los bonos high yield (alto rendimiento), son activos que recogen en rentabilidad la recuperación económica de una manera muy fuerte, ya que las empresas, de vuelta a la normalidad, tienden a financiarse cada vez más barato, y sus nuevas emisiones serán a unos tipos de interés más bajos, mientras siguen obligadas a pagar a sus inversores tipos antiguos más altos.
Antonio Castilla Martínez. Socio director de CGA Patrimonios