La intervenida AIG reparte primas millonarias a los jefes
La aseguradora AIG pagará 165 millones de dólares (128 millones de euros) en concepto de bonificaciones a sus altos ejecutivos, pese a que la compañía estadounidense recibió el año pasado 180.000 millones de ayudas públicas para evitar su colapso. La noticia ha airado a la Casa Blanca y al Congreso.
Ayer se supo que el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha hecho una llamada de protesta al principal ejecutivo de la aseguradora, Edward Liddy. A la Administración Obama les ha sorprendido este dispendio en un momento de crisis como el actual, y más cuando ese dinero es el de los contribuyentes que ha permitido salvar a la compañía.
Liddy parece que ha accedido a reducir algunos pagos menores, pero en una carta enviada a Geithner alerta del peligro de que la compañía pierda a algunos de sus ejecutivos 'si los empleados creyeran que la compensación está sujeta a un ajuste continuado y arbitrario por parte del departamento del Tesoro'. AIG mantiene que las bonificaciones están estipuladas en los contratos y no puede cambiarlas.
'Es un escándalo', dijo Larry Summers, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca en una entrevista con la cadena de televisión ABC. No obstante, afirmó que EE UU 'es un país de leyes, hay contratos y el gobierno no puede obligarlos'.
La reacción en el Congreso fue similar. El presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara Baja, el demócrata Barney Frank, dijo en Fox News que se debería haber impuesto a AIG 'reglas más estrictas desde el principio', a cambio de recibir el dinero público, pero no descartó su recuperación. 'Necesitamos ver si estas primas las prodemos recuperar por vía legal', aseguró.