Bernanke: "Hemos evitado la depresión"
El programa de la CBS, 60 minutos, emitió ayer la primera entrevista con un presidente de la Reserva Federal en 20 años. Ben Bernanke dijo que gracias a las sucesivas intervenciones "hemos evitado la depresión" e insistió en que era fundamental estabilizar el sistema financiero para conseguir la recuperación. El presidente de la autoridad monetaria cree que este año se pondrá fin a la recesión en EE UU y que en 2010 llegará la recuperación. En el lado negativo, Bernanke no ve una rápida solución al paro.
Ben Bernanke aceptó la propuesta de conceder una entrevista porque "estos son tiempos extraordinarios y me da una oportunidad para hablar a América directamente". Scott Pelley, periodista de 60 Minutos había solicitado esa oportunidad hacía un año y el portavoz del presidente de la Fed se había reído al recibirla. La autoridad monetaria no concede entrevistas. Pero Bernanke, lo hizo coincidiendo con el primer aniversario de la desaparición de Bear Stearns.
El presidente de la autoridad monetaria dijo que se ha evitado una depresión gracias a la intervención pero ahora "hay que hacer que la economía funcione apropiadamente de nuevo". Bernanke cree que la espiral destructiva de la recesión se detendrá en 2009 y que el año que viene se empezará a salir de ello. No obstante, el optimismo no le llega para augurar una rápida mejora en un mercado laboral que afronta una tasa de paro oficial del 8,1%. "Sin duda la tasa de paro va a ser más alta de lo que es ahora". Tras la breve recesión de 2001, el mercado laboral se tomó casi dos años para empezar a crear nuevos puestos de trabajo.
Bernanke habló largo y tendido de banca y del sistema financiero insistiendo en varias ocasiones en que lo más importante era restablecer su salud y estabilidad. "Hemos visto algún progreso en los mercados financieros pero hasta que no lo tengamos estabilizado y funcionando con normalidad no vamos a ver ninguna recuperación". "Tenemos un plan y estamos trabajando en ello", explicó.
De momento, la Fed ha dicho que ningún gran banco que pueda dar lugar a un riesgo sistémico va a caer y ha puesto en marcha acciones de urgencia destinadas a proveer de liquidez al sistema. Por su parte, el departamento del Tesoro está planificando un plan de rescate, del que no se tienen muchos detalles, pero que empieza con una prueba sobre la resistencia de la banca para hacer frente a una economía en recesión (stress tests). El presidente de la Fed, que ha encontrado en el Congreso duras críticas a la intervención advirtió ayer que el mayor riesgo que existe ahora mismo en la economía es la "falta de voluntad política, que no tengamos el compromiso para resolver el problema y que lo dejemos continuar". "En ese caso", advertía, "no podemos contar con una recuperación".
Bernanke dijo tener simpatías con las críticas de los ciudadanos, la llamada Main Street, a los sucesivos planes de rescate de Wall Street. "Yo provengo de Main Street, nunca he trabajado para Wall Street y la única razón por la que me preocupo por ellos es porque lo que pasa en Wall Street afecta a Main Street" y se necesita que el crédito fluya de nuevo.
El presidente de la Fed dijo que en octubre del año pasado se estuvo muy cerca del abismo. "El Congreso pasó una legislación dio poder al Tesoro para capitalizar la banca en la primera semana de octubre (el TARP) y en la segunda semana la crisis llegó a su pico. Si no se hubiera tenido ese poder el resultado habría sido mucho peor". Bernanke asegura que ahora mismo no hay ningún banco insolvente pero que los 'stress tests' determinarán si necesitan estar mejor capitalizados en escenarios más adversos.
Durante la entrevista, el hombre que más influencia tiene en los designios de la política monetaria de EE UU, mostró una cara muy optimista y dijo que ya hay señales de mejora en los mercados aunque admitió que la clave para reestablecer la normalidad es acabar con el miedo y devolver la confianza. "Para conseguir que esta vuelva, lo mejor es mostrar que estamos progresando".
La señal más clara de que la estabilidad se está logrando será cuando un gran banco logre captar capital privado. "Hasta ahora el dinero privado está aparcado esperando. No saben lo que valen los bancos y si son estables por eso no están dispuestos a poner su dinero en la banca", explicó.
Bernanke admitió que se han cometido fallos de supervisión y que se necesita una regulación más comprensiva e incluso un regulador sistémico.
Como ya hiciera en una reciente comparecencia ante el Congreso, el presidente de la Fed dijo estar muy frustrado con AIG. "Colgué violentamente el teléfono un par de veces cuando hablábamos de AIG". Bernanke reconoció que es "absolutamente injusto que los dólares de los contribuyentes se dediquen a sustentar una compañía que hizo unas apuestas terribles y operaba fuera del radar de los reguladores". Pero no había opción. Si no se estabilizaba el riesgo no era solo para el sistema financiero sino para toda la economía.
Abrir las puertas de la Fed
Por primera vez, se vio en la televisión al presidente de la Fed paseando por el impresionante edificio en el que se toman las decisiones sobre política monetaria. El monumental edificio se construyó en 1935, cuando le país lidiaba con la Gran Depresión que entonces la autoridad monetaria no supo controlar según Ben Bernanke.
Esta vez se están haciendo las cosas de distinta manera y se están dedicando muchas horas a buscar una solución a la crisis. Los empleados de la Fed trabajan casi 80 horas a la semana y en el despacho del presidente hay un sillón en el que dice que ha echado alguna cabezada por la noche o incluso los fines de semana.
Bernanke fue con 60 Minutes a Dillon, Carolina del Sur, el pueblo donde su familia, emigrantes judíos de Europa del Este se establecieron. Su abuelo tenía una droguería que ahora es un restaurante. El presidente de la Fed, que cuando era adolescente reveló su buena mano para las matemáticas, fue aceptado en Harvard para disgusto de sus padres que veían Boston como un lugar muy lejano. Bernanke dijo que además su madre estaba preocupada porque no tenía ropa adecuada para esa universidad. Con todo, sus padres echaron mano de sus ahorros para pagarle sus estudios y él contribuyó trabajando en la construcción y en un restaurante mejicano (poncho incluido).