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Columna
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Las aerolíneas deben meter tijera

Las aerolíneas se están despertando tarde a la evidencia económica, al menos en Europa. La demanda de pasajeros está cayendo en picado. La respuesta racional debería ser recortar capacidad. La mayoría de las grandes aerolíneas están ahora empezando a eliminar rutas poco rentables, pero tendrán que recortar más.

Los números son crudos. El tráfico de pasajeros de las aerolíneas europeas cayó un 6% en enero, según la IATA, la asociación de la industria aeronáutica. Las aerolíneas han hecho algunos recortes de capacidad a principios de año. Pero ésta estaba todavía en Europa en el nivel del primer trimestre de 2007, según las estimaciones de UBS, cuando la demanda era más alta.

Esto explica por qué varias aerolíneas europeas esperan pérdidas o fuertes caídas de beneficios este año. Las equivocadas apuestas en las coberturas de los precios del carburante han empeorado las cosas.

Las aerolíneas de EE UU están en mejor forma. No han podido permitirse estar cubiertos, con lo que han sido capaces de beneficiarse de unos costes más bajos del carburante. Al haber ya profundizado los recortes de vuelos en 2008, la capacidad está casi por debajo del 11% en el primer trimestre del año, según UBS.

¿Por qué la diferencia? Para empezar, los europeos podrían permitirse luchar con el clásico dilema del prisionero. Si todas las aerolíneas cooperan y recortan capacidad, entonces todos ganan. Pero cada aerolínea está intentando aguantar, esperando ganar cuota de mercado de las que recorten primero.

La necesidad ha ayudado a las aerolíneas de EE UU a superar este dilema. Tienen unos balances más debilitados que sus rivales europeos, y no pueden permitirse el riesgo de fuertes pérdidas. Pero la liquidez preocupa menos a las aerolíneas europeas. SAS, la aerolínea escandinava, es una excepción. Planea elevar capital en 700 millones de dólares con un 88% de descuento sobre el precio de la acción tras sufrir fuertes pérdidas. Está recortando capacidad fuertemente.

Segundo, las aerolíneas europeas están teniendo cuidado para no perder sus derechos de aterrizaje y despegue (slots) si recortan rutas o frecuencias en los congestionados aeropuertos. Bajo las actuales reglas de 'úsalo o lo pierdes', las aerolíneas tienen que renunciar a slots si los utilizan menos de un 80% del tiempo. British Airways, por ejemplo, apenas ha recortado capacidad fuera del aeropuerto londinense de Heathrow, su congestionado hub estratégico, pero ha recortado rutas en otros lugares.

La UE está proponiendo una suspensión temporal del requerimiento de uso de los slots. A corto plazo, esto podría proporcionar incentivos para recortar el número de vuelos, pero a costa de dificultar la competencia. La mayoría de las aerolíneas de bandera no quieren renunciar a los slots más eficientes que las compañías pueden usar más rentablemente. Ryanair, que tiene un sólido balance y tiene el coste más bajo de la industria europea, está incrementando capacidad.

Las aerolíneas han despertado tarde a la realidad económica, pero al menos han empezado a reducir tamaño. Cuando la crisis se profundice, tendrán que hacerlo más. Cuanto más titubeen, más daño tendrán que soportar los accionistas.

Fiona Maharg-Bravo

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