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Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Larga vida al sueño americano

Standard and Poor's retiró el jueves su triple A a GE y los títulos de esta empresa, que había vivido desde 1956 con la máxima nota, se revalorizaron. ¿Por qué?: podría haber sido peor. Las ventas al por menor cayeron un 0,1% en febrero, menos de lo esperado. Es decir, momento de celebración.

En general, los estadounidenses tienen en su ADN muy poco cinismo y grandes dosis de optimismo. Todo ello, además de su apego por el individualismo, se revela diariamente incluso en esta crisis y se confirma en estudios como el que acaban de hacer sobre movilidad social The Pew Charitable Trusts, Greenberg Quinlan Rosner Research y Public Opinion Strategies.

En uno de los momentos más duros económicamente en varias generaciones, el 79% ha revelado que es posible salir adelante, mejorar socialmente o sobresalir. Es un consenso que se encuentra en todos los estratos sociales y comparten los parados, por mucho que el 94% de los entrevistados juzgue negativas las actuales condiciones económicas y se hayan ampliado las desigualdades.

Para la mayoría de los estadounidenses de distintas clases sociales, lo más importante para salir adelante es tener talento y esforzarse. Las situaciones sociales (entre ellas la educación) y económicas no son tan relevantes como los atributos individuales del trabajo duro y la motivación, según el 71% de la población. De acuerdo con los encuestadores, ésta no es una percepción que sólo se registre en el exclusivo Upper East Side de Manhattan, sino que también la comparten mayoritariamente en el más humilde Bronx, ya que la respuesta es similar en ambos barrios. Lo que también importa es asegurar que se tienen oportunidades para desarrollar el talento y el trabajo. Eso es lo que opina la mayoría (el 71%). Reducir la desigualdad no es, sin embargo, una de las tareas que vaya a facilitar necesariamente las cosas.

Es algo que está en la filosofía de Barack Obama. En su libro La audacia de la esperanza asegura que la mayoría sólo quiere una pequeña ayuda del Gobierno, no que éste intervenga. Esa es la opinión de la mayor parte de los ciudadanos, aunque las líneas entre una cosa y otra no están muy definidas, y menos en estos momentos.

A todo esto y pese a la recesión, los cientos de miles de casas embargadas, las familias realojadas en moteles y los agujeros en los planes de pensiones, los estadounidenses siguen teniendo confianza en el sueño americano, aunque curiosamente la definición de qué es este sueño es variable y ya no se centra en tener una casa, ser rico o simplemente pertenecer a la clase media. Con tener libertad para desarrollar los objetivos que uno se fija y para decir lo que se quiera, además de esperar que los hijos tengan mejor futuro, el sueño se hace realidad.

Lo cual lleva, de nuevo, a pensar que, efectivamente, hay crisis. Y un optimismo constructivo.

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