Brasil, destino de inversión
Una de las principales recomendaciones dadas a las empresas para salir reforzadas de una crisis económica es la de internacionalizar su negocio hacia mercados inexplorados y con una coyuntura económica diferente al país de origen de la compañía. En el caso de esta crisis, que tiene una influencia global, la apuesta más segura es invertir en mercados emergentes y la mejor opción para los inversores españoles entre los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) es, sin duda, Brasil.
Este país se ha erigido en los últimos años como el referente económico de Latinoamérica. Este estatus adquirido por Brasil es un reconocimiento a los esfuerzos realizados durante la última década en las materias fiscal, económica y jurídica, que ha pasado de ser un país de riesgo a un país de éxitos empresariales para los inversores españoles, superior a países como China, India o Rusia, que cuentan con más restricciones a la entrada de capital extranjero.
La principal referencia para los empresarios españoles respecto a esta afirmación es la experiencia de grandes compañías dedicadas a banca, energía y telecomunicaciones, que han ido ganando posiciones hasta convertirse en el ejemplo a seguir por los que inician sus negocios en Brasil.
La entrada en el país en todos estos casos ha sido bien a través de la propia política de expansión de la compañía o a través de la participación en diferentes firmas o sociedades, como el caso de Iberdrola. Esta empresa, a cuyo presidente, Ignacio Sánchez Galán, la Cámara de Comercio Brasil-España le otorgó el Premio Brasil 2008, se ha convertido, en poco más de una década, en la principal distribuidora de electricidad del nordeste del país, a través de su accionariado en Neoenergía. Es, además, el sector energético el que mayores posibilidades ofrece al mercado internacional, tanto por sus recursos naturales, como por su desarrollo de los biocombustibles y los yacimientos petrolíferos encontrados que permitirá que Brasil no sea un país dependiente de estos mercados.
El otro gran nicho de mercado para los inversores españoles en Brasil es el sector de infraestructuras. Convertido ya en una potencia económica mundial, este país presenta una gran carencia en carreteras, autopistas, puertos, aeropuertos, etcétera, por lo que el Gobierno de Lula da Silva ha puesto en marcha el Plan de Aceleración del Crecimiento, conocido como PAC, mediante el cual quiere impulsar la construcción de estas infraestructuras deficitarias en el país y para el cual tiene prevista una partida de 120.000 millones de euros.
Empresas españolas como ACS, OHL o Sacyr Vallehermoso, entre otras, han ganado algunos de los concursos para varias de estas obras, lo que aumenta en buena medida la presencia de estas compañías en Brasil. Asimismo, el PAC ofrece oportunidades de forma indirecta a la entrada de otras empresas de menor tamaño, como complemento a estas grandes empresas en materia de servicios. Además, este proyecto incluye también estímulos al crédito y a la financiación, al perfeccionamiento del ambiente de negocios, la rebaja y modernización tributaria y a medidas fiscales a largo plazo.
Por otra parte, tanto el sector inmobiliario como el sector turístico siguen siendo una buena apuesta para España en Brasil, sobre todo en la región nordeste del país. Esta zona, que comprende los Estados de Alagoas, Bahía, Maranhão, Paraíba, Piauí, Pernambuco, Río Grande do Norte y Sergipe, se caracteriza por unos paisajes prácticamente vírgenes y una temperatura media de entre 20 y 28 grados centígrados, lo que la convierte en un destino en alza para el turismo y el mercado de segunda residencia, dos sectores en los que las empresas españolas pueden encontrar un buen refugio para la inversión en esta época de dificultades económicas.
Por todo ello, Brasil se configura como una tabla de salvación tanto para empresas españolas que han invertido en Brasil durante la década pasada y donde consiguen obtener el mayor margen de beneficios de toda Latinoamérica, como para empresas que quieran internacionalizar y diversificar su mercado, puesto que este país ofrece unas óptimas perspectivas de negocio, con tipos de interés a la baja, y alzas del PIB de entre el 4% y el 5% anual en los últimos años.
La apuesta está clara y las oportunidades de expansión también, en un país con medidas continentales llamado Brasil. Por eso, en esta coyuntura que estamos viviendo el destino de la inversión española tiene color verde y amarillo.
Tomás González. Presidente de la Cámara de Comercio Brasil-España