Reconstruir el 'made in UK'
La crisis de Reino Unido puede dividirse en cuatro. La burbuja inmobiliaria ha explotado. Los bancos están en bancarrota. El Presupuesto público ha reventado -pero puede todavía pedir préstamos, especialmente si el Banco de Inglaterra imprime el dinero-. Y, finalmente, la producción económica está pinchada.
Todo depende de una vuelta al crecimiento, y a un tipo diferente de crecimiento, no al bombo publicitario del precio de la vivienda, la efervescencia financiera y los bonus bancarios, sino a un fuerte injerto de producción y exportaciones. El último dato sugiere que el reequilibrio apenas ha empezado.
La producción manufacturera cayó en enero por undécimo mes consecutivo y por un extraordinario 13% respecto a un año antes. æpermil;sta fue similar a las grandes caídas en otros países. Pero durante los supuestamente buenos años de Reino Unido -mejor esto, aquello y lo otro, como Gordon Brown, el primer ministro, tenía costumbre de decir- la producción manufacturera no creció en absoluto. Esto significa que la precipitada caída de los recientes meses ha llevado la producción del sector a los mínimos de 1993, y al mismo nivel que en el boom de 1988.
Durante los años del boom financiero, la sabiduría convencional tomó la caída secular en las manufacturas de Reino Unido como un signo de un sano desarrollo de la economía posmoderna. Pero ahora el sector financiero se enfrenta a la deconstrucción, la caída de las manufacturas en Reino Unido parece un gran problema. Los trabajos y las exportaciones que el sector podría proporcionar son mucho más necesarias. La hundida libra debe ayudar. Pero las exportaciones en los tres últimos meses fueron un 9% más bajos que en el trimestre anterior. Las ventas a EE UU son pobres, por debajo del 5% sobre el año pasado y un 11% en los últimos tres meses. Al menos las exportaciones a la zona euro se elevaron casi un 6% en enero. La caída de la libra -una cuarta parte por debajo frente al euro el año pasado- está empezando a ayudar.
Pero la pronunciada caída en el crecimiento y el comercio en el mundo está haciendo que el reequilibrio de Reino Unido sea más duro. Los consumidores de EE UU, que eran el último recurso, están ahora ahorrando. Incluso los exportadores alemanes y japoneses no están vendiendo. En medio de este aterrador trastorno los manufactureros británicos tienen que rehacerse con el lema: 'Barato, nosotros vendemos en libras' en sus productos.
Por Rob Cox