Eon pierde energía
Las compañías energéticas están lejos de ser inmunes a la actual crisis. Eon, la eléctrica alemana, ha admitido finalmente que se quedará corta de su antiguo objetivo de 12.400 millones de euros de beneficio operativo en 2010 -en un 10%-. Los inversores esperaban algún retroceso, pero no tanto. Las acciones cayeron un 6% el martes, mientras que el mercado alemán subió un 4%.
Los problemas normales de una recesión -que los grandes clientes industriales compran menos energía y se eleva la morosidad- han recortado 400 millones de euros de su estimación original para 2010. Otros 500 millones de euros se restan por las depreciaciones del euro, y una cuenta similar por el endurecimiento del marco regulatorio. El débil desarrollo de los nuevos mercados del grupo fueron las mayores decepciones -y se llevarán 600 millones de euros de las expectativas originales de Eon-. Todas estas cifras negativas son solamente compensadas en parte por un beneficio extra al ligar los altos precios de las materias primas en algunos contratos.
Eon gastó 26.000 millones de euros en inversiones el año pasado, incluidos 11.800 millones de euros en las operaciones de españoles e italianos en Endesa, adquirido después de ser derrotado por la italiana Enel en la batalla de 2007 por Endesa. Eon ha dado por perdidos 1.800 millones de euros relacionados con estos activos, por lo que para ellos no parece un premio de consolación. Puede haber más malas noticias, particularmente de Rusia, donde cayó el consumo de la electricidad un 6% en 2008. Las eléctricas rusas han caído mucho en valor desde que Eon adquirió una participación del 54% en OGK-4 en 2007.
Eon tiene un balance menos apalancado que Enel. Pero su deuda neta a finales de 2008 fue de unas 3,2 veces el Ebitda, en la parte alta de su rango objetivo. Para mantener el cash flow firmemente positivo, Eon está recortando inversiones. También se propone recortar 1.500 millones de euros de costes, y vender unos 10.000 millones de euros en activos. No sorprende que Eon planee seguir con un crecimiento orgánico.
Fiona Maharg-Bravo