Confianza y compromiso
Nunca antes en este país habíamos estado tan interesados por los movimientos económicos globales, parecía que no iba con nosotros y resulta que ahora es tema de preocupación y de conversación, aunque sea fugaz, con el quiosquero, el vecino en el ascensor hoy el tema está en boca de todos.
Y es que estamos inmersos en una situación desconcertante por su dimensión, por la rapidez con que se extiende, por su intensidad, por su aparentemente imparable avance y su negativa evolución. Por muchas recetas que se anuncien, medidas que se tomen y acuerdos que se alcancen en las más altas cotas de poder resulta que la cosa sigue igual.
Estos días leía en una de las tribunas de esta publicación (5/02) a Manuel Pimentel. Hablaba de repartir responsabilidades entre todos, de volver a la cultura del esfuerzo y del sacrificio, decía que no sólo le toca al Gobierno poner de su parte sino que todos, empresas, sindicatos y trabajadores somos responsables de aportar nuestro granito de arena para salir adelante. Estoy totalmente de acuerdo.
Sin embargo, también afirmaba que en los departamentos de recursos humanos retomarán el poder los halcones en detrimento de las palomas, con el objetivo de exigir rendimientos y controlar gastos, en lugar de trabajar la motivación y la fidelización, que es cosa de las palomas. También he leído en otras publicaciones que los directores de recursos humanos están de moda y hasta hay quien afirma que son de los pocos perfiles profesionales cuyas retribuciones en el mercado no sólo no bajan sino que están subiendo. Parece lógico si lo que realmente se busca son halcones para liquidar, cerrar, negociar, ajustar Lo siento, aquí no puedo estar de acuerdo. En mi opinión, la actual de crisis ha puesto aún más de relieve la importancia que la gestión de los intangibles de las organizaciones (cultura, valores, clima...) tiene a la hora de sobrevivir en momentos difíciles, de hacer travesías del desierto hasta que encontremos el ansiado oasis. Pensemos si no en cómo y en qué gran manera se valoran actualmente la Confianza y el Compromiso (lo digo con mayúsculas) para salir de la crisis. Confianza y compromiso de las personas es lo que necesitan las organizaciones como palanca o trampolín para seguir funcionando, para que las cuentas salgan
Las palomas, si son inteligentes, deberán ser capaces de ayudar a sus organizaciones a superar estas dificultades: controlando el gasto y vigilando compromisos -que debería hacerse siempre- pues lo contrario sería derrochar o ser irresponsables, y consiguiendo que esa filosofía se incorpore al ADN de sus organizaciones como parte de sus valores. Valores que las definan y señalen como empresas responsables y dignas de trabajar en ellas.
La confianza y el compromiso de su gente hacen a las empresas resistentes a las adversidades. Especialmente si son empresas que cuando tienen la obligación de ajustarse el cinturón y adelgazar, motivadas por situaciones como las que nos rodean, mantienen no sólo la estética sino también la ética en sus acciones.
Susana Gutiérrez. Presidenta de Aedipe (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas)