El turismo patriótico, una amenaza para España
"Quédese este verano en Holanda, por favor". El ruego lanzado la semana pasada por el secretario de Estado de Economía holandés a sus compatriotas supone una seria amenaza para el sector turístico español. No sólo porque de ese país proceden casi dos millones y medio de los turistas que llegan a España, sino porque la última receta proteccionista contra la crisis puede contagiarse a otros mercados.
Por supuesto, el secretario de Estado holandés, Frank Heemskerk, no considera proteccionista su consejo, sino "patriótico". Y el ministro responsable del turismo español, Miguel Sebastián, no podrá echarle en cara su razonamiento después de haber lanzado su idea de "compre español".
Heemskerk, como Sebastián, ha sacado las cuentas. Y ha visto que los tres millones de holandeses que pasan sus vacaciones en el extranjero cada año gastan unos 900 euros como media. Si se quedan en casa, se ahorrarán 600, y los 300 restantes servirán para impulsar la alicaída economía holandesa.
La receta tiene sus contraindicaciones. Pero las sufrirá España donde los holandeses, según el Instituto Nacional de Estadística, se dejaron en 2007 casi 2.000 millones de euros. Y a pesar de la fama de roñosos que les acompaña en los países vecinos, los paisanos de Rem Kolhaas gastaron en España 822 euros como media, bastante más que los franceses (549 euros) y casi el doble que los portugueses (479 euros).
Pero lo peor es que la campaña de Heemskerk no ha pasado desapercibida en el resto de Europa y, en particular, en Bélgica que aporta otro millón y medio de turistas al mercado español. Quizá Sebastián podría frenar la amenaza holandesa con una campaña en contra del queso de bola y a favor del manchego. Y así ¡hasta la autarquía total!
Foto: Obra de Frederic Penelle (B. dM., 2008)