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Personajes

De Madrid a Broadway de la mano de los dálmatas

Luis Álvarez lleva su modelo de negocio teatral al templo del espectáculo.

Un toro y una tormenta en el Mediterráneo son dos de los poco convencionales elementos que el destino puso en el camino que Luis Álvarez ha seguido para convertirse en el único empresario español en Broadway y el único gestor europeo de un teatro en la catedral del espectáculo.

Álvarez, llegó a Nueva York a fines de 2007 con los derechos de producción en EE UU de 101 Dálmatas bajo el brazo, su compañía, The Wonderland Group, y un currículum como productor avalado por el renacimiento del teatro Calderón de Madrid. El espectáculo de los dálmatas, que se estrena en octubre de 2009 en Minneapolis, está vendido ya hasta diciembre de 2010.

A sus 36 años, su carrera está siendo tan rápida y llamativa que la Cámara de Comercio España-EE UU le acaba de conceder el galardón de Joven Empresario del Año.

Productor de espectáculos en España como Fama, We will rock you de Queen, y 101 Dálmatas, entre otros, Álvarez confiesa que trabajar en Nueva York siempre ha sido su gran sueño porque, entre otras cosas, 'a EE UU se viene a comprar licencias, cuando se está aquí se venden'.

El empresario trabaja en el Manhattan Center, un complejo teatral cercano al Madison Square Garden que cogestiona con sus dueños, la familia del reverendo Moon.

Dice que quiere hacerle un lavado de cara porque está antiguo e implantar el mismo modelo de negocio que tiene en el Calderón desde que se hizo con los derechos en 2001. Es uno de los muchos planes de un hombre que a los 16 años se puso delante de un toro para ensayar la que creía que sería su profesión.

Este madrileño se ríe ahora recordando cómo quedó paralizado ante el animal y concluyó que lo suyo era la actuación. Luego fue director y finalmente, productor, 'porque siempre me ha interesado controlar mi vida'. La experiencia le ha permitido hacerse amigos como Brendan Davis, el gestor de los derechos de 101 Dálmatas de Dodie Smith. Álvarez soñaba con producirla en EE UU y sabía que en este país sólo se entra con 'un gran as como esa obra'. Convencer a Davis no fue fácil, pero tuvo la oportunidad de hacerlo en un viaje en barco entre Cabrera y Mallorca. 'Hubo una tormenta y el capitán dijo que no se podía navegar, pero nosotros teníamos que llegar a Mallorca. Le dije a Davis que yo, que soy patrón, pilotaría el barco, pero que a cambio me tenía que dar los derechos de la historia de Smith'. 'El viaje fue duro, pero lo hicimos y Davis solo me puso como condición que me asociara con gente solvente', explica.

Sus socios para la nueva producción de 101 Dálmatas, distinta de la vista en España, son el Madison Square Garden, Troika (la empresa líder en giras de Broadway) y Lee Marshall, productor del mago David Copperfield.

Su siguiente paso era hacerse con un teatro. Una locura puesto que en ese sentido, Broadway está prácticamente controlado por tres empresas. 'Pero un día quedé con un amigo en el Mahattan Center y me encantó, así que negocié la compra con los dueños que quedó en un contrato de cogestión', narra. En el teatro se hacen unos 40 conciertos al año (con LiveNation) y shows que no duran más de ocho semanas, con lo que se evita la presión sindical. Álvarez dice que estas organizaciones en EE UU elevan los costes porque imponen una rigidez excesiva. 'El que pone una mesa no tira de una cuerda', explica. Álvarez admite que estos son momentos malos y que hay nervios. En Broadway se han cerrado ocho espectáculos y solo se estrenarán los que llevan meses en preproducción. Confiesa que ya no es fácil hablar con los sponsors. Pero él lo tiene claro. Sus planes pasan por convertirlo en un centro de cultura hispana y traer a artistas españoles y latinos, un proyecto para el que ya está en negociaciones con el ministerio de Cultura. Álvarez es optimista y mantiene que los problemas 'son muy cobardes, en cuanto se les enfrenta, salen huyendo'.

Un modelo de teatro exportable

Luis Álvarez se hizo por primera vez con los derechos del teatro Calderón de Madrid en 2001 y dio la vuelta al modelo de negocio de gestión teatral. Por un lado dio entrada a sponsors. 'A mí me gusta llamarles compañeros de viaje', apunta para luego explicar que se les hace partícipes del día a día del teatro y no sólo de la imagen de marca. 'Es una manera de tener unos ingresos estables además de la taquilla'. Uno de ellos, Häagen Dasz, que comparte el nombre con el teatro.Por otro lado, el alma máter de The Wonderland Group hizo que más que un teatro el Calderón se convirtiera en un centro de ocio que explotara el recinto 'más allá de la sesión de las ocho de la tarde'. 'Hemos llegado a hacer 428 eventos, porque programamos muchas cosas cada día', dice Álvarez. Su proyecto es tenerlo abierto casi las 24 horas del día y para ello va a crear un club nocturno de tipo cabaret que se estrene en diciembre de este año.El resultado de esta visión en The Wonderland Group, que ahora controlan en España sus hermanas y la directora del teatro, Cristina Sánchez, es un beneficio neto en 2008 de 854.000 euros. Apenas tiene plantilla porque dice que en el mundo del espectáculo es muy difícil mantenerla.A Nueva York quiere importar la esponsorización y la introducción de actividades de ocio para convertir el Manhattan en un centro versátil. 'Darle una nueva vida'.

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