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Mercados

El Ibex pierde los 7.000 puntos

La Bolsa cierra la semana con un retroceso del 8,98% afectada por una nueva oleada de tensión en el sector financiero y en un ambiente de volatilidad renovada.

El 7.000 quedó atrás. Y los analistas temen lo peor, porque el soporte más sólido de la Bolsa se encuentra ahora en torno a los 5.400 puntos, allí donde la Bolsa hizo suelo en 2002, cuando terminó el periodo bajista después del pinchazo de la burbuja tecnológica creada a finales del siglo pasado. El Ibex 35 ha finalizado la semana en los 6.936,9 puntos, tras una caída del 1,27% el viernes y un retroceso en cinco sesiones del 8,98%. Se trata de la peor semana desde mediados de noviembre, y pone de relieve la preocupación de los inversores por la que se ha llamado la segunda oleada de la crisis financiera. De momento el Ibex cotiza en su nivel más bajo desde octubre de 2003.

El sector bancario europeo ha sufrido un retroceso del 17,99% en la última semana; es decir, que se ha dejado en el parqué casi una quinta parte de su valor en Bolsa, ya de por sí castigado desde que comenzó la crisis. Detrás de la caída figura el nerviosismo extremo de los inversores y la falta de transparencia en torno al futuro del sector financiero, que aún no ha purgado de su balance todas las pérdidas derivadas de los activos tóxicos generados en los últimos años.

Esta semana ha vuelto a aflorar la tensión en el sector financiero, a raíz de la ampliación de capital que ha realizado el gigante británico HSBC, las pérdidas mil millonarias de la aseguradora AIG y la posibilidad de que Citigroup necesite una inyección adicional de capital, una vez que el Gobierno estadounidense ha anunciado que tomará una participación en el banco del 40%.

Son tiempos revueltos, y las Bolsas acusan cada indicador económico como si fuera en ello la supervivencia de todo el sistema. Con el contrasentido añadido de que incluso las buenas noticias se toman a la tremenda y provocan nuevos desplomes de las cotizaciones. El ejemplo más claro es la rebaja de tipos que llevó a cabo el Banco Central Europeo el jueves pasado. El presidente de la autoridad monetaria, Jean-Claude Trichet, rebajó los tipos de interés al 1,5%, el nivel más bajo desde que comenzó a funcionar la zona euro. La noticia, descontada, no afectó a la Bolsa en sentido positivo. Más bien al contrario, la rebaja de previsiones económicas que realizó el BCE contrapesó cualquier atisbo de optimismo que pudiera generar el abaratamiento del precio del dinero. El nuevo escenario que maneja el BCE baraja una caída del PIB del 2,7% este año, frente a una estimación previa del 0,5%. La Bolsa española cayó el jueves un 4,41%.

Tampoco ha sido de ayuda esta semana el dato de paro en Estados Unidos que se publicó el viernes, y que arroja una destrucción 651.000 empleos en el mes de enero, para alcanzar una cifra de desempleo del 8,1% sobre la población activa.

El mercado recibió la cifra con caídas, pero la sangre no llegó al río, al menos no como viene siendo habitual, en una Bolsa presa de la volatilidad. El Dow Jones cerró la sesión con una subida del 0,49% y el S&P 500 del 0,12%, mientras que el Nasdaq cedió un 0,44%. En Europa el Ibex (-1,27%) no cayó en solitario, aunque hubo cierta descorrelación entre los diferentes índices nacionales. Así, el S&P Mib de la Bolsa de Milán se dejó un 4,64%, mientras que el Footsie londinense cerró con una leve subida del 0,02%. El Banco de Inglaterra rebajó el jueves los tipos al 0,5%, el nivel más bajo de su historia.

La buena noticia es que las caídas de la Bolsa se están produciendo con volúmenes de negociación bastante exiguos. El viernes se negociaron 2.588 millones de euros, por debajo de la media del año pasado, en torno a los 3.000 millones de euros. Lo que significa que la Bolsa se está moviendo al albur de pocos inversores. Los analistas insisten en que el mercado actual no está movido por inversores, sino por especuladores que invierten a muy corto plazo. Los inversores, dicen, salieron hace ya mucho. Y en este escenario es inevitable que la volatilidad sea protagonista indiscutible de un mercado que se mueve a bandazos.

El mercado empieza a discriminar

A diferencia de lo acontecido en 2008, el comienzo de 2009 da pie al optimismo, porque los inversores empiezan a discriminar: aunque el Ibex acumula un retroceso del 24,5% en lo que va de año, hay compañías que han obtenido revalorizaciones en Bolsa desde enero: casi una treintena de valores del mercado español acumula subidas. Entre ellas, pesos pesados como Acerinox, que gana un 4,5% o Bankinter, que sube un 3,27%.

Los analistas y los asesores financieros tienen muy claro que el éxito de la inversión en Bolsa para el presente ejercicio reside en la correcta selección de valores. Lo que es tarea ardua dada la volatilidad extrema que viven los mercados. Hasta el momento, con el desplome de las cotizaciones, lo que encuentran los expertos bursátiles es un abaratamiento generalizado del mercado. Las compañías han caído tanto y de manera tan indiscriminada, que se ha producido una burbuja negativa: es decir, de la misma manera que en las burbujas especulativas se alcanzan precios desorbitados que no se corresponden con el valor de las compañías, en las burbujas negativas los precios se sitúan por debajo de lo que valen las empresas en realidad en virtud de una espiral de ventas provocada por el miedo irracional de los inversores. Santander, por ejemplo, el primer grupo bancario español, ha cotizado esta semana por debajo de su valor en libros, es decir, del valor de sus activos, o sea, casi nada.

La deuda alemana roza niveles récord

El mercado de deuda ha tenido una de las semanas más activas del año. La rentabilidad, que evoluciona a la inversa que el precio, ha sufrido una caída importante en Europa. El bono alemán a 10 años ha cerrado en el 2,922%, muy cerca del mínimo histórico. En España ha caído hasta el 4,006% frente al 4,502% al que se encontraba hace de un mes. 'Hay mucha incertidumbre en las Bolsas y los inversores están buscando activos de primera clase. No ofrecen grandes rentabilidades, pero la gente quiere la seguridad que dan los bonos', comentó el viernes un operador de mercado a Bloomberg.En la última sesión Fitch advirtió que podría recortar la calificación de AAA de Irlanda al colocar la perspectiva del país en negativa por el deterioro de las finanzas públicas. La noticia provocó que el spread entre el bono de Irlanda y el de Alemania se ampliara en 11 puntos básicos, hasta 267. La diferencia entre el bund y la deuda española es de 109 puntos básicos.En cuanto al euro, la divisa consiguió cerrar sobre los 1,26 dólares a los que inició la semana a pesar del recorte de los tipos de interés en la zona euro.

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