Bancaja pone fin a los desvaríos del Valencia
El máximo acreedor aparta al presidente de la gestión.
Bancaja ha puesto freno a la bancarrota a la que se acercaba con paso firme el Valencia CF. La entidad financiera ha puesto al frente del club al actual director general, nombrándolo consejero delegado y retirando las competencias al actual presidente y presunto máximo accionista del club, Vicente Soriano. Sin una acción en su poder, la caja que preside José Luis Olivas ha hecho valer su condición de máximo acreedor -la entidad valencianista le debe 240 millones de euros- para frenar los desvaríos en la gestión que abocaban al club a un inevitable concurso de acreedores.
La decisión venía fraguándose hacía semanas, especialmente tras el atraso del pago a los jugadores de la mitad de sus fichas y el impago de las certificaciones de obras presentadas por la UTE que construye el nuevo estadio del club, FCC y Bertolín, y que han parado las obras.
Las promesas con las que subió a la presidencia Soriano el pasado verano han ido incumpliéndose una tras otra. En especial su compromiso de vender el suelo que ocupa el actual Mestalla para su aprovechamiento urbanístico en el futuro.
Soriano había asegurado que tenía comprador y se había comprometido ante la junta de accionistas a cerrar la operación antes de final del año pasado. Su promesa era ingresar 300 millones de euros por esa venta, un precio completamente fuera de mercado y que, de ser cierto, permitiría no sólo al club salir del agujero económico, si no también aliviar al ex presidente Juan Soler, que adelantó en su día 15 millones de euros por esta operación y que ahora quiere recuperar.
Pero ni esa venta se realizó, ni las negociaciones que, según Soriano y su vicepresidente Miguel Zorío, se estaban manteniendo por otros conceptos -patrocinadores, proveedores de material deportivo, derechos de televisión- acababan nunca de cerrarse. Sin ingresos en la caja y con impagos cada vez más frecuentes, Bancaja, empezó a temerse lo peor.
'No íbamos a permitir que el Valencia acabase en suspensión de pagos', reconoció una fuente de la entidad financiera. Otra, citada ayer por El País, aseguraba que 'era imprescindible entrar; hasta ahora, todo eran mentiras'. Ni rusos multimillonarios ni árabes con petrodólares. Todos los rumores parecían más una manera de ganar tiempo que un hipotético negocio.
Bancaja niega oficialmente su intervención en el club, aunque tampoco hace grandes esfuerzos por desmentir lo evidente. Porque lo cierto es que desde el miércoles por la noche, tras un consejo de administración en el que los representantes de Soler -que sigue siendo el máximo accionista ya que Soriano no ha cumplido los compromisos de pago de las acciones que en teoría le había comprado- amenazaban con abrir la caja de los truenos en el club, Soriano cedió.
El actual director general, Javier Gómez, un técnico que lleva en el club casi diez años, asume el puesto de consejero delegado. Bancaja confía en él como el hombre que pondrá orden a una entidad que, desde que se embarcó en mil y un proyectos inmobiliarios, se ha ido asomando al precipicio económico.
Villa y Silva, dos activos en el mercado
Aunque en la comparecencia ante los medios de comunicación el miércoles por la noche Vicente Soriano aseguró que no será 'un presidente florero', lo cierto es que el futuro del club ya no está en sus manos. La entidad, con una grave situación económica, tendrá que tomar decisiones poco populares para poder atender sus obligaciones. De hecho, una de las primeras tareas que tiene encomendadas el nuevo consejero delegado, Javier Gómez, es realizar una auditoría de la entidad y establecer cuáles son las prioridades de pago.Pero paralelamente, Gómez deberá buscar ingresos reales, y no especulaciones, para atender la maltrecha caja del club. 'Venderemos activos y lo que haga falta', dijo Gómez. Ese 'lo que haga falta' se refiere a los auténticos activos que la entidad puede hacer líquidos en este momento: sus mejores jugadores. Villa y Silva, dos de las estrellas de la selección española, están en el mercado.
El futuro del capital
Una de las incógnitas del futuro del Valencia es de quién será el capital. Actualmente, Juan Soler tiene alrededor del 30% y Vicente Soriano, el 10%. Sin embargo, ninguno de los dos tendría la confianza de Bancaja, ni de los socios, para guiar al club.