España necesita una reforma laboral
El desempleo en España está en proporciones que asustan. Un total de 3,5 millones de personas están ahora en el paro, y el servicio de estudios de BBVA espera que la tasa de paro alcance el 20% el próximo año. Es pues mucho más alto que en el resto de Europa. Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Gobierno español, ha dicho que no pondrá en práctica 'en ningún caso' ciertas reformas laborales.
Zapatero, un socialista, piensa que muchas reformas del mercado laboral son mal recibidas por los trabajadores. Pero el mercado del empleo actual, con su alto desempleo estructural, perjudica a los grupos que Zapatero quiere proteger: mujeres, inmigrantes y jóvenes, los llamados mileuristas -aquellos que ganan 1.000 euros o menos al mes-.
Esos grupos sociales componen una alta proporción de aquellos trabajadores con contratos temporales. La prevalencia de esta forma de empleo -cerca de un tercio de la población activa en España, según la OCDE- perjudica al país y a su economía. Los trabajadores temporales no consiguen capacitación, disminuyendo la productividad. Los temporales son también frecuentemente los primeros en salir cuando los tiempos se ponen difíciles.
Los empresarios utilizan esos contratos porque la principal alternativa, el contrato fijo estándar, es muy oneroso. Por supuesto, aquellos que ya lo tienen están protegidos -un buen toque socialista- pero a costa de todos los demás.
Los salarios fijos están todavía a menudo ligados a la inflación, que ha promediado sistemáticamente un 1% por encima de la media europea. Esto ha hecho de los trabajadores españoles menos competitivos y hace que los recortes salariales -que son la manera más rápida de ganar competitividad- sean casi imposibles. La única alternativa es más despidos, empezando por los trabajadores con contratos temporales.
Se debe dejar de indexar el sueldo a la inflación. Pero éste es sólo uno de los problemas. Es muy caro para los empresarios despedir trabajadores con contratos fijos. Esto conduce a que se ofrezcan menos contratos de este tipo. El sistema también desincentiva el cambiar de empleo, pues pueden perder las ventajas que conlleva la antigüedad en la empresa.
Una útil reforma, respaldada por el Banco de España y por el BBVA, sería crear un fondo de seguro de desempleo, modelado al estilo del acordado en Austria. Esto permitiría a los trabajadores llevarse sus beneficios con ellos de una compañía a otra, y animar la movilidad.
Una reforma completa llevaría años de duro trabajo, pero un verdadero socialista debe estar preparado para la lucha. Por Fiona Maharg-Bravo