'La desviación presupuestaria de la Expo será mínima'
Ingeniero de Caminos, con 65 años, Gistau preside una sociedad que está próxima a su liquidación. Este directivo culminará así una carrera profesional en la que ha sido director general del Canal de Isabel II entre 1988 y 1995, y delegado general después de Aguas de Barcelona
Roque Gistau, presidente de Expo Zaragoza, asegura que las cuentas definitivas para liquidar la sociedad, el próximo 14 de marzo, 'tendrán una desviación inferior al 0,4%, lo que significa un desfase de cuatro millones sobre el manejo de 1.000 millones'. De los 170.000 metros cuadrados del parque empresarial, se han vendido 105.000.
Los grandes eventos suelen caracterizarse por desfases millonarios. ¿Cuál va a ser la desviación presupuestaria en la Expo 2008?
Creo que vamos a ser la excepción, porque, a pesar de haber movido por encima de los 1.000 millones de euros, el desfase no va a llegar a los cuatro millones, lo que supondrá en torno al 0,4%.
'En la feria se ha justificado hasta el último euro. Es algo de lo que me siento muy satisfecho'
¿Y cuál es el secreto?
El rigor y la minuciosidad. Empezamos hablando muy claro a los accionistas, cuando los proyectos de la Expo eran una nebulosa plagada de riesgos. Había que prever los efectos de unas condiciones geotérmicas desfavorables, de la relación con un elevado número de países, cuyo comportamiento podría ser muy diverso y otros muchos factores. Todo ello lo cuantificamos en 80 millones, sobre los 780 en los que inicialmente se cifraba el presupuesto. Al final, la Expo ha movido más de 1.000 millones, la cobertura se reveló extraordinariamente precisa y ello justifica una desviación tan reducida.
Calculo que los auditores estarán sorprendidos...
En la Expo se ha justificado hasta el último euro. Tanto que, desde las auditorías privadas hasta el Tribunal de Cuentas han subrayado la minuciosidad con la que ha actuado la sociedad. Es algo de lo que me siento particularmente satisfecho.
¿Cuál es el legado real de la Expo 2008?
Desde el momento en que tomé posesión de la presidencia, tuve un ojo puesto en que la muestra se desarrollará con brillantez y otro en el día después. Me aterraba que pudiera producirse la clásica depresión, tras un acontecimiento espectacular. Así que trabajamos para que hubiese una herencia de edificios que constituyeran verdaderos iconos de la ciudad y, además, un parque empresarial que contribuyera a reforzar su tejido económico. Y otras dotaciones, como el aparcamiento de 2.500 plazas, que se criticaba como excesivo para la Expo. Pero es que no lo habíamos hecho para los visitantes (lo utilizamos como centro logístico durante la celebración), sino para que prestara servicio después de la muestra.
¿Se han logrado esos objetivos?
Creo que nadie duda de que la Torre del Agua, el Pabellón Puente o el Acuario Fluvial constituyen piezas destacadas del patrimonio, no sólo de Zaragoza, sino también de Aragón y de España. Hemos buscado y conseguido que la iniciativa privada asegurara el mantenimiento de lo que, en definitiva, van a ser equipamientos urbanos de primer orden, de los que van a beneficiarse primero los vecinos de Zaragoza, y luego una gran masa de visitantes. La Torre del Agua ha encontrado su cuidador en la CAI, que se ocupará de darle contenido y cargará con unos gastos de mantenimiento que supondrán por encima de los dos millones al año. Ibercaja se ocupará de la gestión del Pabellón Puente, que será un gran equipamiento público, con dotaciones culturales y recreativas. Y, finalmente, un concesionario privado explotará el Acuario Fluvial, que constituye un gran recurso cultural y turístico.
¿Y cuál es el futuro del Parque Empresarial?
La reconversión de los pabellones de países participantes en esta dotación constituye uno de los proyectos más ambiciosos de la Expo. Ahí tenemos 170.000 metros cuadrados para oficinas, una superficie desmesurada para la Zaragoza actual, pero estamos pensando en el futuro. Ahora mismo tenemos vendidos ya 105.000 metros cuadrados, que es un porcentaje elevado, sobre todo teniendo en cuenta la crisis económica. Esta misma semana se inicia una ofensiva comercial, con una oficina en Plaza España, en pleno centro de Zaragoza. Aunque a nadie se le esconde que el momento actual es muy malo, ya hay grandes empresas que han apostado por el Parque. Tras la liquidación de Expo Zaragoza, nacerá una nueva sociedad que se ocupará específicamente de la gestión futura del Parque. Hay una inversión pendiente de 200 millones, que se irá acompasando a la evolución de las instalaciones.
'La promoción se acaba traduciendo en ingresos'
Roque Gistau subraya que 'la Expo ha movido muchísimo más de lo que físicamente puede verse. Pero algunos intangibles sí pueden medirse'. Según el presidente, 'ha habido una inversión adicional de 1.500 millones de euros en obras que, de no haberse celebrado la muestra, o no se hubieran hecho o se hubieran ejecutado mucho más tarde'. Se refiere, por ejemplo, al remate de la intermodal o los doce kilómetros de riberas o el propio parque en el recinto de la Expo, 'de mayores dimensiones que el Retiro madrileño'. 'Esas obras de acompañamiento han creado o mejorado infraestructuras, que han beneficiado sustancialmente a Zaragoza y a quienes la visitan', añade.Los intangibles puros son más difíciles de concretar. Pero Gistau apunta que 'si tenemos en cuenta los más de 22 millones de entradas en internet, el efecto multiplicador de los más de 5,5 millones de personas que visitaron físicamente la muestra y los contratos establecidos con redes de comunicación de todo el mundo, podemos deducir que Zaragoza, Aragón y España son hoy mucho más conocidas. Y eso es promoción, que acaba traduciéndose en ingresos. Aquí se ha dado también la mayor concentración de expertos sobre la gestión del agua de la historia, que han emitido recomendaciones a los Gobiernos de todo el mundo desde Zaragoza '.De formación económica e impronta humanista, Gistau no permanecerá inactivo al jubilarse. La patronal AEAS (abastecimiento de aguas y energía) le ha pedido que ocupe la presidencia. 'Y no he podido negarme'.