¿Falta control en la calidad de la mezcla de los biodiésel?
Una parada en la gasolinera para surtir el depósito de biodiesel 30 (30% de biocumbustible y 70% de gasóleo). Un gesto por el medioambiente. Pero, ¿estamos seguros que la mezcla es la correcta? La OCU ha denunciado hoy que tras analizar el biodiesel de 20 gasolineras, en dos de ellas el porcentaje de biocumbustible fue tan sólo del 4% y no del 30% como informa el suministrador.
El estudio también ha comprobado si la cantidad servida en la estación de servicio coincide con la cobrada, resultando que los surtidores fueron exactos en todos los casos.
Dos de las veinte mezclas analizadas han presentado cantidades de biodiesel muy pequeñas y una de ellas supera "ampliamente el porcentaje, por lo tanto, no debería de anunciarse como B30".
El estudio determina que los conductores que usen este tipo de combustible pueden tener algunos problemas en sus coches: uno de ellos es el arranque en frío, ya que los B30 obtienen peores resultados en el Punto de Obstrucción del Filtro Frío que los gasóleos convencionales.
Algunos fabricantes no se hacen cargo
Además, al ser mezclas bastante densas, los sistemas de bombeo e inyección del motor pueden sufrir un desgaste más rápido, y las altas cantidades de agua encontradas -aunque permitidas por la legislación-, pueden acarrear problemas de corrosión en el motor.
Algunos fabricantes de coches deniegan la cobertura en caso de avería porque no dan garantía para el uso de biodiesel, ya sea puro o mezclado con gasóleo. Además, la OCU considera que la introducción de biocarburantes debe hacerse teniendo en cuenta las distintas características físico-químicas del biodiesel respecto del gasóleo.
Para ello, es necesario reformar la norma que rige la calidad de las mezclas (ahora asimila los mismos requerimientos a las mezclas que a los gasóleos) para orientar a los agentes implicados (fabricantes, usuarios, etc) hacia un nuevo producto con unos parámetros de calidad satisfactorios para todas las partes.