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Internet

Telefónica se enfrenta a Bertelsmann por su gestión al frente de Lycos Europa

Lucha de gigantes en el ámbito empresarial europeo con los últimos reductos de la burbuja tecnológica como telón de fondo. Telefónica ha llevado a Bertelsmann ante los tribunales por su gestión en Lycos Europa y su desidia para encontrar una salida a la deficitaria empresa. Ha ganado la alemana, pero la española ha logrado acelerar el proceso de venta y cierre.

Lycos Europa es historia. Sus activos rentables han sido vendidos y el resto se encuentra en liquidación. Pero todavía se mantienen vivas las pugnas y conflictos que han regido su corta existencia, y que sólo en sus últimos meses se han puesto de manifiesto de forma pública. Quien lo ha hecho es Telefónica, uno de los dos accionistas principales del portal de internet, que en agosto tomó la decisión de iniciar un pleito contra el gigante alemán de los medios de comunicación Bertelsmann, el otro socio y gestor de la compañía.

¿La acusación? La española, dueña del 32%, quería que la Corte de Apelaciones de la Cámara de Comercio de Ámsterdam investigara la estrategia y la conducta empresarial de los gestores de Lycos Europa. En concreto, la persona a la que se dirigían las miradas era Cristophe Mohn, consejero delegado de Lycos Europa y heredero de la dinastía Bertelsmann. En el fondo lo que subyacía en el pleito era el desacuerdo de Telefónica con la forma en la que se estaba encarando la venta de Lycos Europa, que se dilató durante meses sin resultado alguno, hasta que al final se decidió desinvertir en los activos rentables y liquidar el resto.

El veredicto del tribunal llegó la semana pasada, según fuentes conocedoras del proceso. Mohn queda liberado de responsabilidad. En teoría es un revés para Telefónica, pero lo cierto es que la compañía española ha conseguido su objetivo, que era presionar al heredero de Bertelsmann para que acelerara el proceso y pusiera fin de una forma u otra a la vida de la deficitaria empresa de internet, según las mismas fuentes.

Y es que la situación se estaba prolongando demasiado para la operadora española. Telefónica llegó hace tiempo a la conclusión de que Lycos Europa era un activo del que debía desprenderse, de la misma manera que vendió la estadounidense Lycos. Así se lo comunicó al otro accionista, la alemana Bertelsmann, que en teoría se puso manos a la obra.

Falta de resultados

Pero pasó el tiempo sin resultados. Primero se intentó buscar comprador para la totalidad de la empresa. Los gestores se tomaron su tiempo, pero no se consiguió ningún interesado. Telefónica propuso entonces la venta a trozos, también sin demasiado eco.

En ese momento, Lycos Europa perdía ya 2,5 millones de euros al mes, así que la española decidió realizar el movimiento menos agresivo posible contra Bertelsmann, pero que a la vez fuera contundente y presionara a Mohn. Se decidió acudir a la Cámara de Comercio de Holanda, sede de la filial de internet. En agosto se puso el pleito y en diciembre Lycos Europa comunicaba su decisión de liquidar determinados negocios y vender los rentables, de forma que se puso fin a las pérdidas y los accionistas recibieron algo de caja.

El proceso de desintegración sigue todavía en marcha. Los socios se repartieron 50 millones de euros que había en cartera, el resultado de la venta de varios negocios y el que se derive de los que todavía pueden venderse. Además de estos resultados, Telefónica ha puesto coto con su pleito a posibles recriminaciones de sus accionistas minoritarios por los problemas de Lycos.

Fin a un acuerdo de burbuja

La desaparición de Lycos Europa supone el final de la relación entre Telefónica y Bertelsmann, nacida en el año 2000, en plena burbuja tecnológica, cuando Juan Villalonga, entonces presidente de la operadora, anunció la compra de Lycos. El acuerdo incluía a Bertelsmann como socio.

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