Custo lleva el lujo asequible a la pasarela de Nueva York
El diseñador presentó su colección en la Fashion Week de la Gran Manzana.
Con un desafío a la crisis, arriesgando, como a él le gusta hacer las cosas. El diseñador catalán Custo Dalmau presentó esta semana en la Fashion Week de Nueva York, una de las tres grandes capitales de la moda junto a París y Milán, la colección del próximo otoño-invierno con la que hará frente a la difícil situación económica que se vive en el mundo. Custo Barcelona es una marca global con presencia en 40 países a través de una red distribución de 55 tiendas propias y más de 3.000 puntos de venta.
Dando un paso adelante, el diseñador ofreció una colección más rica en estampados, patchworks, bordados, plumas y pedrería, con el objetivo de ofrecer a los consumidores internacionales lujo a precios asequibles, con el acertado concepto de low-sury (juego de palabras del inglés con barato y lujo), acorde con la situación actual. Lo que ha pretendido Custo con esta propuesta es no privar a sus clientes de rentas medias de la posibilidad de vestir las últimas tendencias, conforme a sus bolsillos. Un alarde de generosidad, de esfuerzo creativo y de saber adaptarse a los vaivenes de los mercados.
Custo Barcelona invita con sus diseños a un viaje por la vieja Europa y apuesta por el estilo étnico chic más sofisticado. Patrones folk en prendas muy contemporáneas, rematadas artesanalmente. El diseñador dispone de un equipo de diez costureros, con oficio de muchos años a sus espalda, cuya misión es hacer los acabados a mano de las prendas de pret a porter de confección industrial. 'Es uno de los equipos de la compañía que más mimo, porque no se encuentran hoy día profesionales cualificados para este tipo de tareas', explicó el diseñador a CincoDías, eufórico por el recibimiento de los asistentes al desfile y por la sólida cuenta de resultados de 2008, año que cerró con una facturación de 80 millones de euros, frente a los 72 millones del año anterior.
El mestizaje de texturas, patrones, colores y materiales fue el punto de partida de una vibrante noche, amenizada con la música que mezcla Javier Peral, otro español que triunfa en Nueva York e idea el ritmo de muchos de los desfiles de la Gran Manzana, como los de Carolina Herrera o Vera Wang.
Como en las artes y en los oficios, las flores se mezclan con plumas de pavo real, mariposas y con elementos de arquitectura e inspiración gótica, como los alambiques. A ellos se suman diseños detallistas de pequeñas gotas y lunares, toques gráficos como rayas y cuadros multicolores, y algunos toques de estética geométrica y alma art decó.
La seda natural, el raso, la muselina, el otomán, todos los tejidos de seda, forman la base perfecta para dar fuerza a los estampados. También juega con géneros con textura, como el encaje o los tejidos lenceros perforados. Tweeds, espiguillas, sargas y gabardinas, junto al denim y la piel de melocotón, completan la colección.
Una rica paleta de azules, desde el turquesa, cobalto, azulón, eléctrico, tinta y noche, se mezclan con la gama violeta, con los verdes, y aquí se incluye el esmeralda, petróleo, billar o manzana. Una orgía cromática de éxito en la calle, avalado por sus famosas camisetas, de las que circulan por el mundo más de un millón y medio, y lucidas hasta en el cine, como ha hecho Julia Roberts en Notting Hill o Antonio Banderas. Pero si audaz fue con la colección femenina, más lo fue con la de hombre, compuesta fundamentalmente por estilizados trajes, camisas y jerseys de coloristas estampados geométricos, con referencias al op-art (optical art).
La zapatilla, la estrella urbanita de la temporada
Presentada la colección otoño-invierno 2008-2009, Custo ha aumentado su producción con el lanzamiento de nuevos productos, como relojes, gafas, bufandas, pañuelos de crepe de seda. Así, por ejemplo, dentro de la línea bautizada como Pure Custo, la más comercial, se estrena con su primera colección de zapatillas deportivas. Se trata de una propuesta urbana, tanto para ellas como para ellos, con estampados que evocan un verano que todavía no ha llegado. Estampadas, manchadas y bordadas, con tantos materiales distintos, como la loneta, el ante, que parece un milagro que puedan agruparse en tan poco espacio, cada par es una pequeña obra de arte que expresa el espíritu de la marca. El precio es de 89 euros. Y si alguién lo quiere completar, dispone de la camiseta a juego.