Bienvenido Mr. Marshall
Desde que Geithner fuera designado Secretario de Tesoro americano, cada vez que fue interpelado acerca de cuál era su idea para afrontar la situación de los bancos, prefirió, con cierta lógica, darse mus y aplazar su respuesta para poder poner encima de la mesa un plan integral. Cuando tras varias semanas salió a la palestra y expuso su plan, la reacción de los mercados no pudo ser más desalentadora. Las Bolsas están de nuevo bailando con los mínimos de noviembre. Los inversores nos hemos quedado con la misma cara de pavos que los protagonistas de la archifamosa película de Berlanga.
El plan, sobre el papel, no parece tan malo. Se le da más capacidad a la Fed para reactivar el mercado de crédito. Se recupera el propósito del Plan Paulson de comprar los activos tóxicos de los bancos con la colaboración del sector privado. Se establecen mecanismos para capitalizar los bancos después de un stress test que determine cuáles son solventes y cuáles no. Y sienta las bases para ayudar a las familias, para evitar el incremento de los embargos. ¿Por qué entonces esta reacción del mercado?
En primer lugar, pedirle racionalidad a la Bolsa en un momento en el que los fundamentales de los dueños de las acciones están tan mal, o peor, que los de las propias acciones es complicado. Cabe la posibilidad de que estemos ante una oportunidad única de compra.
Otra posibilidad es que aunque el plan parece contundente sobre el papel, surgen dudas de cómo implementarlo y el mercado no está para más incertidumbres. Esperar que Geithner en media hora de discurso nos sorprendiera con una pócima mágica era algo iluso, pero lo cierto es que todavía no tenemos ni idea de cómo pretende contar con el sector privado. Por último cabe la posibilidad de que el incendio se haya hecho demasiado grande y que la nacionalización de la banca sea la única alternativa. En cualquier caso, y aunque nos siga tocando sufrir durante algún tiempo, yo espero que, como dijo Churchill, 'los americanos acaban haciendo siempre lo correcto, aunque sea después de haber probado primero todas las alternativas'.
Joaquín Casasús. Director general de Abante