El mercado ignora a los clientes sénior
Un estudio de hábitos de compra revela la queja del 41% de los consumidores mayores.
Representan el 16,6% de la población actual en España y en 2050 la cifra aumentará hasta el 30,8%, son una tarta muy apetecible en un momento de caída de ventas a causa de la crisis y, sin embargo, las empresas apenas cuentan con ellos. El estudio Los hábitos de compra y consumo de las personas mayores, realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), ganador del premio que convoca la Fundación Edad & Vida, muestra que el 41,1% de las personas mayores considera que las empresas no les tienen en cuenta para el diseño de productos y servicios. Se debe, en parte, a que se trata de una población más exigente, que se deja llevar más por criterios prácticos que por cuestiones relacionadas con la moda.
Después de identificar los aspectos que definen perfiles tipo de envejecimiento a nivel funcional, psicosocial y emocional, y analizar en profundidad los hábitos de compra y consumo de productos y servicios para la realización de las actividades de la vida diaria, el estudio propone una serie de recomendaciones. Con un triple objetivo: ayudar a los fabricantes a elaborar productos que se adecuen más a las características y necesidades de las personas mayores, mejorar la distribución y venta de los productos y servicios, facilitando que lleguen de una forma más adecuada al consumidor y, por último, aconsejar al grupo de consumidores (personas mayores, cuidadores, gestores de residencia, etc.), de forma que vean satisfechas sus demandas.
Entre otras ideas, se recomienda que los diseños de las viviendas tengan en cuenta escaleras con rampas o ascensores. En el sector de la alimentación, la edad agrava la capacidad de leer y entender las etiquetas de los productos, por lo que se propone una mejora en este campo. Los automóviles avanzan en tecnología y diseño, pero se considera imprescindible que las funciones básicas sean intuitivas y similares a los modelos anteriores, así como que los asientos y puertas faciliten la entrada y salida de los vehículos. En el caso de las comunicaciones, se recomienda familiarizar a los mayores con el uso de estas nuevas tecnologías mediante interfaces que sean familiares, como el mando a distancia de la televisión.
Pero los mayores encuentran más obstáculos en la vida diaria. Empezando por la ropa; ponerse algunas prendas supone un auténtico reto, por lo que se proponen nuevos diseños -los calcetines y sostenes, por ejemplo-. En casa, electrodomésticos y otros equipos, deben cumplir cuatro premisas básicas: funcionalidad, usabilidad, seguridad y estética. La salud y el ocio también cuentan. Por eso, balnearios y spas para estas personas, servicios de teleasistencia e ideas para adaptar los juegos clásicos a la edad (sujetacartas, dados y fichas grandes), se consideran opciones válidas.
Para ilustrar el potencial de mejora en relación a los hábitos de compra y de consumo de este colectivo, el estudio, patrocinado por el Grupo Amma, especializado en la atención a la tercera edad, presenta una Guía de Buenas Prácticas, que incluye experiencias de éxito con diversos productos.
El valor de la tecnología
El estudio analiza las actitudes de los mayores ante el uso de la tecnología. Su disposición ante el uso de la tecnología para cubrir sus necesidades es positiva, aunque los usuarios tecnológicos se muestran más dispuestos a utilizar este tipo de productos para informarse y comunicarse con amigos y familia que los usuarios tradicionales.Las personas mayores con perfil tradicional presentan una menor aceptación de la tecnología para la realización de gestiones fuera de casa, como trámites o gestiones bancarias: hasta un 47,8% de ellos no utilizaría productos tecnológicos para estos fines. El ordenador e internet son considerados como tecnologías que apoyan sus necesidades de ocio y entretenimiento por encima de sus necesidades de comunicación. Destacan la utilidad del ordenador e internet para entrenar la memoria y el razonamiento, y la connotación de prevención y mejora de salud que se atribuye a este tipo de productos. También se asocia el uso del teléfono móvil a su necesidad de seguridad.