Europa recibe con críticas la petición de ayudas planteada por General Motors
General Motors no sólo ha pedido ayuda a Washington. El dueño de las marcas europeas Saab, Opel y Vauxhall quiere que otros Gobiernos les concedan ayudas valoradas en 6.000 millones de dólares (4.774 millones de euros). Incluso recibiendo este dinero habrá duros recortes. Las plantas de Eisenach, Bochum y Amberes se perfilan como sacrificadas. En Europa, se ha recibido con crítica y frialdad la petición de la automovilística.
General Motors pidió el martes más ayuda al Gobierno americano. Pero también extendió su petición a Gobiernos como el canadiense, el tailandés y los de algunos países europeos donde las marcas Opel, Vauxhall y Saab mantienen operaciones. El plan para Europa pasa por recortar 1.200 millones de dólares (955,3 millones de euros) de costes y duros recortes de plantillas, además del posible cierre de factorías o segregación de operaciones, una opción, esta última, que favorecen los sindicatos conscientes de que cualquiera de las soluciones es dura. De los 47.000 despidos anticipados por GM, el 50% serán fuera de EE UU.
El presidente de General Motors, Rick Wagoner, explicó ayer en una videoconferencia a los trabajadores de GM las líneas generales, si bien no ofreció los detalles esperados, según fuentes sindicales. El presidente de General Motors (GM) Europa, Carl-Peter Foster, comunicó ayer en todo caso a los trabajadores de la planta de Figueruelas (Zaragoza) que será necesario adoptar 'medidas dolorosas' para afrontar la crisis económica, que el comité de empresa espera conocer la próxima semana en Fráncfort. Entre las medidas que baraja GM está, incluso, dar entrada a terceros inversores en Opel y Vauxhall.
La compañía abundará en detalles en la próxima reunión del Comité Restringido Europeo, que se ha convocado el próximo martes, día 25 en la central de Rüsselheim, en Alemania. Fuentes de la compañía, sin embargo, apuntaron ayer a este periódico algunas de estas 'medidas dolorosas'. Según las fuentes, está decidido el cierre de las fábricas de Bochum (Alemania) y Amberes (Bélgica). Además, está casi cerrada la venta de la fábrica de Eisenach (Alemania) a Mercedes Benz. De confirmarse estas informaciones, Figueruelas se salvaría del cierre.
'GM también está en conversaciones con el Gobierno alemán para conseguir apoyo operativo y financiero', admite la empresa de Detroit. 'Las operaciones europeas podrían incluir un parternariado con el Gobierno alemán y/o otros gobiernos europeos', detalla la empresa presidida por Rick Wagoner para concluir que esperan resolver los problemas en Europa antes del 31 de marzo. æpermil;sta es la fecha en la que tienen que presentar el plan de viabilidad a largo plazo requerido por Washington para mantener las ayudas del Gobierno.
Plan para ayudas
La canciller alemana, Angela Merkel, señaló que considerará hacer efectivas las ayudas sólo si se sabe cuál es el plan para Opel, algo que aún no está detallado y que tienen que hacer no sólo los responsables de esta marca sino 'la casa madre en Detroit'. El ministro de Finanzas alemán señaló, no obstante, que Peer Steinbrueck va a liderar las conversaciones con la compañía. Steinbrueck teme los efectos sobre el empleo que puedan tener los planes de GM, máxime cuando el resto de las automovilísticas alemanas están también en situación difícil y reclamando ayudas.
En el caso de Saab, la situación es dramática porque Detroit está contemplando vender esta marca y necesita la ayuda del Gobierno antes de cerrar esta complicada operación. En el plan que el martes presentó al Tesoro, GM especifica que espera el apoyo de Estocolmo y advierte que Saab puede solicitar la suspensión de pagos este mismo mes. Fuentes de la empresa aseguraron ayer que la planta de la compañía en la localidad sueca de Trollhättan podría cerrarse en el plazo de semanas.
La ministra de Industria, Maud Olofsson, expresaba ayer su 'profunda decepción' con GM. 'Prácticamente se han desentendido de Saab y están pasando la responsabilidad a los contribuyentes suecos'.
El plan para el renacimiento de un gigante que menguará
General Motors aligerará su estructura de forma dramática, algo que le han solicitado analistas e inversores desde hace varios ejercicios.Para empezar, el que fuera hasta 2008 el mayor fabricante del mundo eliminará 47.000 empleos en todo el mundo durante el presente año. En la plantilla en EE UU pasará de los 92.000 trabajadores que tiene en la actualidad hasta 72.000 empleados. El resto de bajas se producirá en los demás países en los que opera.Además, la compañía anunció que deberá cerrar otras cinco fábricas en Estados Unidos de aquí a 2012 que no estaban contempladas en diciembre, cuando comunicó el cierre de nueve plantas en el mundo.El plan de reestructuración que General Motors presentó el martes puede necesitar préstamos adicionales por unos 16.600 millones de dólares (13.185 millones de euros), que se sumarían a los 13.400 millones de dólares (10.644 millones) ya recibidos a finales del pasado año.En EE UU, su mercado principal, General Motors se concentrará en sus tres marcas globales más fuertes (Chevrolet, Cadillac y Buick) y en su marca de la gama alta de camionetas (GMC). En cuanto a modelos, para el ejercicio 2012 la empresa tendrá solo 36, un 25% menos que hoy en día.Este anuncio hecho ayer por el presidente de la compañía, Rick Wagoner, deja en suspense el futuro de al menos tres marcas. El 31 de marzo la empresa anunciará la decisión final sobre el futuro de Hummer, para la que están buscando un comprador pero que podría ser eliminada.Wagoner se expresó en términos similares sobre la marca sueca Saab. El ejecutivo aseguró que tras una revisión, ha puesto la marca a la venta y ha solicitado al Gobierno sueco ayuda financiera. Para el 1 de enero del 2010 la marca será de forma efectiva independiente. Si Saab no recibe ayuda del Gobierno sueco, podría declararse en quiebra este mismo mes.Con respecto a Saturn, si no se encuentra un comprador para la marca antes de 2011, ésta desaparecerá ese año cuando el actual ciclo de modelos llegué a su punto final.Chrysler anunció 3.000 nuevos despidos y solicitó a la Casa Blanca otros 5.000 millones de dólares (3.975 millones de euros) para sobrevivir a la crisis. La empresa recibió 4.000 millones de dólares (3.179 millones de euros).La empresa dejará de fabricar tres modelos y reducirá su capacidad de producción en 100.000 unidades y mantendrá sus planes de lanzar un vehículo eléctrico en 2010.