GM y Chrysler presentan ante el Gobierno duras reestructuraciones
General Motors y Chrysler tenían previsto presentar ayer ante el Gobierno de EE UU el detalle de severos planes de reestructuración y viabilidad que les permita seguir recibiendo ayudas públicas. Se especula que el plan de GM pasa por drásticos ajustes en Europa, donde se podrían cerrar hasta cuatro plantas. Los sindicatos europeos proponen la segregación de Opel, Vauxhall y Saab.
Las automovilísticas de Detroit que cuentan con la ayuda de Washington para operar están en la tesitura de optar por soluciones que son drásticas, dramáticas y controvertidas como alternativa a la suspensión de pagos. A cierre de esta edición ni GM ni Chrysler habían enviado aún al Gobierno las voluminosas propuestas de viabilidad que llevan semanas negociando con sindicatos, y en el caso de GM, con los bonistas, pero lo que ha ido trascendiendo de las negociaciones apuntan a fuertes recortes de la producción, renegociaciones de deuda y de compromisos con los sindicatos. Adicionalmente, se especula que GM incluya en sus planes el cierre de plantas en Europa, una zona en la que las ventas de coches se han desplomado.
Las fábricas que podrían estar en el punto de mira son las de Amberes en Bélgica, Bochum en Alemania y Trollhaettan, en Suecia. Además se especula que Eisenach, en Alemania, se venda. Aunque GM no ha confirmado este punto, los sindicatos europeos, aunados en el European Employee Forum han reaccionado diciendo que los planes de reestructuración amenazan la viabilidad de las marcas y la mejor opción es segregarlas de GM. Según un comunicado de este fórum, citado por la agencia Bloomberg, 'la segregación excluye más riesgos provenientes de GM'.
La reestructuración, la que puede ser la mayor en los 100 años de historia de GM, es indispensable para que se reciba el dinero del Gobierno. Ayer por cierto se hizo efectiva la entrega de los últimos 4.000 millones de dólares del paquete de ayudas concedido en diciembre. GM va a necesitar más que los 18.000 millones de dólares que solicitó al Ejecutivo y Chrysler va a pedir también 4.000 millones más.
El plan de GM pasa por reducir aún más la plantilla y cerrar más fábricas en Norteamérica. Además, y de acuerdo con lo que se ha filtrado de un plan que tiene casi mil páginas, reducirá de ocho a cuatro las marcas en este continente. Chevrolet, Cadillac, GMC y Buick se mantendrán. Pontiac, Saturn y Hummer podrían tener los días contados.
Por lo que se refiere a los bonistas, la empresa negocia el intercambio de deuda por participaciones en la compañía. GM tiene que reducir sus 27.500 millones de deuda a 9.200 según el compromiso acordado con el Gobierno en diciembre.
'Una empresa sanitaria que también produce coches'
Uno de los mayores problemas de GM, y en general de la industria más tradicional de EE UU, son los compromisos sociales con los trabajadores. EE UU es el único país desarrollado que carece de un sistema sanitario público y los elevadísimos costes en salud (el 16% del PIB en 2006 y subiendo) pasan una gravísima factura a las empresas que los cubren a través de seguros privados. GM tiene obligaciones de 47.000 millones de dólares (37.300 millones de euros) con sus pensionistas y familias.La empresa y los sindicatos acordaron en 2007 hacer un fondo para gestionar estos gastos que ahogaban a la compañía. GM tendría que poner en 2010 unos 10.000 millones de dólares que ahora negocia convertir en acciones ya que carece de liquidez para ello. Los sindicatos se han levantado varias veces de la mesa de negociaciones pero tienen pocas alternativas.Bill Clinton, el presidente que trató, sin éxito, de reformar el deficiente sistema sanitario americano, ha dicho que hay que prepararse para contemplar la eliminación de estos costes y recordó que de GM se dice que es 'una gran empresa sanitaria que hace coches'