Lo urgente y lo secundario
Las reprimendas a los banqueros por parte de los poderes públicos están a la orden del día en todas las plaza financieras. Las escenificaciones ejemplarizantes en los Parlamentos de EE UU y Reino Unido han sacado los colores a los hasta ahora todopoderosos financieros de Wall Street o la Citi londinense, en una especie de mea culpa colectivo por haber llevado a la economía mundial a una enorme crisis. Pero no hay que mirar sólo a los directivos que perciben sueldos y bonos estratosféricos, porque el sistema no falló sólo por su ambición excesiva y su laxitud ante el riesgo, sino por la negligente supervisión pública, que ahora se ha convertido en muchos casos en el más severo fiscal. Ayer Solbes se sumó a la petición de sueldos moderados en la banca. Está bien buscar responsabilidades, pero lo perentorio es sanear los balances de la banca en el mundo y dar fluidez al dinero y al crédito, y no estrangular más la economía. Hay cosas urgentes y cosas secundarias.