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Un español en Silicon Valley
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El reto de la innovación

En octubre de 2005 la doctora Sylvia Earle, exploradora de los mares durante 50 años, coincidió con John Hanke, fundador de Keyhole, empresa que fue adquirida por Google en 2004 dando origen a Google Earth. La reunión tuvo lugar en Barcelona. Sylvia le dijo a John que Google Earth estaba muy bien, pero que debería llamarse Google Dirt (arenal en inglés) pues faltaba la parte más importante: el mar. Google Earth solo cubría el 30% del planeta; faltaba el otro 70%, la superficie cubierta por 1.134 trillones de litros de agua.

John volvió de Barcelona y le comentó la anécdota a uno de los ingenieros. En Google los ingenieros pueden dedicar un día a la semana, un 20% de su tiempo, al proyecto que quieran sin que tenga que estar relacionado con su trabajo diario. El ingeniero con el que John habló decidió comenzar a trabajar en la integración de los océanos en Google Earth en ese 20% libre de su tiempo. Pronto el proyecto consiguió el suficiente reconocimiento interno como para convertirse en un producto 'oficial' de Google. Así es como nació la integración de los océanos en Google Earth que ha sido presentada esta semana en San Francisco.

La concepción y el nacimiento de este nuevo producto es a mi juicio uno de los mejores ejemplos de una eficiente generación de innovación en las empresas de tecnología. Creo que el proceso tiene cuatro partes fundamentales.

La primera es permitir que las ideas surjan de cualquier sitio, cualquiera puede tener una idea brillante. La innovación no debe estar encerrada en la estructura jerárquica de las organizaciones. Precisamente la gente con más experiencia, y con más responsabilidad organizacional, es la que muchas veces está menos capacitada para tener la objetividad necesaria que requiere la creatividad de la generación de ideas. Un becario o un colaborador son tan válidos generadores de ideas como el mejor de los directivos.

La segunda es que la idea tiene que solucionar problemas importantes, necesidades concretas. Muchas de la ideas se recrean en sí mismas sin solucionar un problema real. Otras ideas solucionan problemas pequeños y prescindibles. Cuanto mayor sea el problema que soluciona la idea, mayor será su probabilidad de éxito. No importa lo difícil que sea la solución. Cuanto más complicada sea la solución menos competencia.

La tercera es contar con el talento necesario para poder hacer posible lo que parece un sueño. La tecnología permite mucho más de lo que nos imaginamos, y con la gente correcta en tu equipo muchas de las cosas que parecen ciencia ficción son posibles.

La cuarta es no esperar a que el producto sea perfecto para lanzarlo. Lanzarlo con una calidad mínima y dejar que los usuarios sean los que digan lo que funciona y lo que no. Es mucho más efectivo ser rápido en hacer cambios en función del comportamiento de los usuarios que contratar consultores.

Solo las empresas que tengan en cuenta estos principios estarán en disposición de innovar. El problema con la mayoría de las empresas tradicionales es que sus estructuras son demasiado pesadas para generar dinámicas de innovación. Por el contrario las empresas pequeñas, o que se comportan como las empresas pequeñas, están en mucha mejor disposición de generar ideas y desarrollarlas.

Bernardo Hernández. Director mundial de Geomarketing de Google

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