'Es inadmisible que el Gobierno no marque la agenda económica'
El responsable de los pequeños y medianos empresarios de CEOE se queja de la falta de iniciativa del Gobierno ante la crisis y exige al Ejecutivo que legisle, si fracasa el diálogo social. Cree que las medidas tomadas hasta ahora son un fracaso y pide menos impuestos y nuevas fórmulas para fijar salarios.
En los últimos tiempos, Jesús Bárcenas (Valdepeñas, 1953) ha dejado de ser el hombre silencioso que aparecía siempre al lado del ex presidente de la patronal, José María Cuevas. Desde la llegada de Gerardo Díaz Ferrán a la presidencia de CEOE, la voz de Bárcenas, al frente de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) desde 2002, se oye con más fuerza. Este manchego, que ejerce como tal, viaja a diario a Madrid, pero dirige desde Valdepeñas (Ciudad Real), su pequeño emporio del sector de la electricidad. æpermil;l, a diferencia de otros líderes patronales, sí puede decir que es empresario y se nota.
¿Es la liquidez el principal problema de las pymes?
Sí, porque empresas que son viables están teniendo problemas importantes porque no consiguen renovar las pólizas de crédito, ni que les descuenten papel y certificaciones. A esto hay que sumar que las Administraciones se están retrasando bastante en el pago, y no digamos los ayuntamientos, que en la morosidad se llevan la palma.
¿Debería atajarse la morosidad de las Administraciones por ley?
Bastaría con aplicar la directiva europea que obliga a las Administraciones hasta pagar intereses de demora. Pero a nadie se le ocurre recurrir esta morosidad ante los juzgados porque automáticamente dejarías de ser su cliente. La ley tendría que ser automática y descontarlo de la cuenta corriente, como hace Hacienda.
¿En cuánto está la media de pago de las Administraciones?
Más de seis meses de media seguro. Los hay que pagan después de un año. Y ahora hay una práctica que nos parece poco ética y que consiste en que los ayuntamientos negocian quitas. Plantean: 'no te puedo pagar pero si me rebajas el 50% o 60%, sí te liquido'.
¿Son suficientes las medidas anticrisis del Gobierno como los 8.000 millones para inversión a través de los municipios o las líneas del ICO?
Muchos ayuntamientos van a asfaltar calles y eso es maquinaria pura y dura, no genera puestos de trabajo. En cuanto a la línea ICO para circulante, ha dado de momento para 100 operaciones. Con la necesidad que hay y la gente que la ha solicitado, tras un mes de funcionamiento, no se puede vender como un éxito. También dudamos de la viabilidad de la prestación por cese de actividad para los autónomos. Puede ser un foco de fraude.
¿Y las alternativas como la moratoria sobre anteriores líneas ICO?
El problema es que te piden un aval, y ya estás bloqueado. Hemos planteado varias veces al Gobierno que de más importancia a las sociedades de garantía recíproca para todo el tema de avales. Están controladas por el Banco de España, tienen capital y en estos momentos se debe apostar por ellas.
La situación puede empeorar...
Sí. Además el Gobierno no está marcando la agenda, va por detrás de los acontecimientos. Es inadmisible. La situación exige un Gobierno más ejecutivo y coordinado. Tiene que tomar medidas. Y si hubiera más unidad de mercado, la crisis no habría sido tan grave.
¿Es más urgente tomar medidas laborales o fiscales?
Hay que acompasar ambas. Teníamos que haberlo hecho en época de vacas gordas. Ahora, es imprescindible y el coste social será mayor. Nos preocupa la insistencia del Gobierno en que si no hay acuerdo en el diálogo social, no se hará nada en estas materias. Cada uno debe afrontar su responsabilidad y el Ejecutivo, si no hay acuerdo, tendrá que legislar, que es su obligación, aunque tenga costes políticos. Debemos dotar de contenido al proceso y agilizarlo pero, si fracasa, cada palo tiene que aguantar su vela.
¿Son suficientes los incentivos a la creación de empresas?
Harían falta apoyos puntuales en el impuesto de sociedades pero no sería bueno generar diferenciaciones y por eso sería mejor un tipo general más bajo. Eso sí, quizás reconociendo la inversión en tecnologías e innovación. Pero ahora, nos preocupa más el IRPF que nos está estrangulando la actividad. Me refiero a las retenciones de los trabajadores, que son desorbitadas.
¿Se mantendrá la actual fórmula para determinar salarios este año?
No. Ahora no podemos poner un referente como el que había del 2%. Igual hay que tomar varios tramos, por ejemplo, contar con un dato en septiembre y otro en diciembre para hacer una media. A Cepyme le preocupa, por este orden, la viabilidad de las empresas, que no haya conflictividad social y, dentro de eso, pagar lo que se pueda. No queremos quitarle nada a nadie.
CEOE, con poco margen para 'cambios internos'
Jesús Bárcenas dimitió la pasada semana de la vicepresidencia de la Caja de Castilla-La Mancha. Si bien insiste en no hacer públicos los motivos que, según dice, 'comunicó en su momento a la institución'. Con un comedimiento parecido se refiere a las elecciones a la presidencia de CEOE que se celebrarán el 2 de abril. Cree que sólo habrá una candidatura, la del actual presidente, Gerardo Díaz Ferrán, 'si bien el proceso está abierto y podría haber más'. En este sentido, duda de las ansias del máximo líder empresarial de cambiar profundamente la patronal. 'CEOE no debe hacer grandes cambios internos. Es una organización que no da margen para ello'. Dicho esto, admite que Cepyme pidió elecciones 'para que no haya provisionalidad y quien sea, que tenga cuatro años para gobernar'. Aunque, no despeja su previsible apoyo a la candidatura de Díaz Ferrán, sí reconoce que a él le gustaba la CEOE de José María Cuevas, 'porque cubría las expectativas, marcaba la opinión necesaria y era un referente'. Coincide con los que echan de menos la forma de hacer país que tenía Cuevas y que ha llevado a que 'este país sin la CEOE, sería otra cosa'. Por eso, Bárcenas cree que la mayor urgencia de la sociedad española es que 'el diálogo social y las fuerzas políticas se sienten a planificar qué modelo de tejido productivo y de crecimiento económico quieren. Porque cuando todo ha ido bien nadie se ha remangado para afrontar el problema y corremos el riesgo de repetir errores y, como en 1992, cuando salgamos de la crisis, volver otra vez al ladrillo'.