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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La crisis pone en alerta a la banca

Casi dos años de crisis financiera e inmobiliaria no han conseguido deteriorar los grandes números de la banca española, aunque a poco que se acerque la lupa del análisis se aprecia cierto deterioro de sus resultados, así como reacciones defensivas ante la posibilidad, parece que bastante cierta en el caso de España, de que el escenario crítico se prolongue un par de años más. 2008, con los mercados financieros cerrados a cal y canto, con un mayor coste de la financiación para el negocio bancario tanto por la vía de los pasivos tradicionales como por el acceso a las líneas del mercado interbancario, y con un crecimiento negativo de la economía desde junio, ha arrojado prácticamente los mismos resultados que 2007.

Pero ningún gestor de la banca cotizada en España se atreve a especular con el desempeño de 2009, ya que la morosidad podría dispararse si la crisis económica prosigue con su masiva destrucción de empleo, ya que cada día que pasa más componentes de la cartera de crédito se habrán deteriorado.

El mercado bursátil parece que ha colocado ya los precios de las acciones de los bancos en unos niveles que han encajado el peor escenario de resultados. No tiene sentido que tanto grandes como pequeños y medianos hayan perdido casi un 70% de su valor desde los máximos y que hayan repetido, con matices, los resultados de 2007. Lógicamente el mercado cotiza expectativas más que cuentas del ejercicio corriente, y ha descontado desde hace meses que ninguno de los bancos, al menos su negocio en España, puede hacer otra cosa que recortar sus beneficios de forma significativa este año y el próximo.

El préstamo prácticamente ya no crece y terminará este año con descensos apreciables, lo que supone una reducción de los volúmenes crediticios de las entidades. Además, la cartera vigente experimentará un notable deterioro porque la crisis financiera se ha filtrado ya con toda su crudeza en la economía real, y activos y créditos que eran de calidad hace un año pueden estar hoy al borde del impago. Con la mora ligeramente por encima del 3% ahora, podría duplicarse este año, lo que supone que hacia el final del ejercicio comenzará a morder de forma visible los resultados de muchas entidades, dado que las provisiones genéricas y específicas se habrán agotado en buena parte.

Si tenemos ante nosotros recortes de dividendo (BBVA) o congelación (Santander, Popular), para este año y 2010 sólo puede deteriorarse la política retributiva del capital de los bancos. Aun con los ajustes de este año, y con los precios actuales de las acciones, las rentabilidades por dividendo de las entidades cotizadas son atractivas, aunque la cuestión está en saber si no deberían apurar aún más la recapitalización para recomponer sus ratios de solvencia, aunque fuese, como siempre ha sido, a costa de los accionistas.

Las recapitalizaciones de los bancos en Europa incluso con dinero público, con más necesidades que los españoles por la laxitud de la política supervisora practicada fuera de España, han colocado a los bancos españoles en franca desigualdad para afrontar las refinanciaciones de sus negocios y para ofrecer la confianza que cada vez con más rigor va a exigir el mercado para financiar el negocio.

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