La Casa Blanca asegura que es "esencial" una acción inmediata para estimular el consumo
La contracción del PIB de EE UU anunciada hoy pone de relieve que es "esencial" adoptar medidas inmediatas para estimular la demanda y el sector financiero, opinó hoy la Casa Blanca.
En un comunicado, Cristina Rohmer, presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, indica que "la economía de EE UU sigue contrayéndose de manera grave". A su juicio, es necesario "un estímulo fiscal enérgico, bien diseñado" para dar la vuelta a "este grave declive y para devolver la economía al camino del crecimiento".
Según los datos hechos públicos hoy por el Departamento de Comercio, el Producto Interior Bruto (PIB) cayó un 3,8% en el último trimestre de 2008, el mayor descenso en un solo trimestre desde 1982 y el segundo retroceso consecutivo del PIB real en seis meses. En el tercer trimestre del año, la mayor economía del mundo se contrajo un 0,5 por ciento. En el total de 2008, la economía creció el 1,3%.
El descenso del último trimestre se encuentra repartido por todos los sectores de la economía, lo cual, según explica Rohmer, pone de manifiesto que los problemas que se iniciaron en el sector inmobiliario y en el financiero se han expandido a prácticamente todo el resto de la economía
"Es esencial una acción inmediata para apoyar tanto al sector financiero como a la demanda en general", opinó la funcionaria. La Casa Blanca defiende un plan de estímulo económico que esta semana ya recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes y está aún pendiente en el Senado.
El plan está dotado con 819.000 millones de dólares, de los cuales cerca de 275.000 millones se destinarían a recortes de impuestos, y en torno al medio billón, a inversiones en infraestructuras, energía, nuevas tecnologías y educación. La Casa Blanca sostiene que con este proyecto será posible crear o evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de empleos.
La oposición republicana se opone a la medida al reclamar mayores recortes fiscales y opinar que buena parte de las inversiones representan un despilfarro y harán poco por estimular la economía real o crear puestos de trabajo. Además, la Casa Blanca aboga por una reforma de los mecanismos reguladores del sistema financiero.