La empresa explicó el descenso de sus resultados por el declive de la producción de automóviles tanto en Norteamérica como en Europa, especialmente intenso en el último trimestre de 2008, período en el que la empresa difuminó sus ganancias y perdió 688,2 millones de dólares (521 millones de euros), cifra equivalente a los números rojos de todo el ejercicio.
La cifra de negocio de la multinacional con sede en Souhtfield (Michigan) también se vio afectada por la crisis global de la industria del automóvil, y experimentó una reducción del 15,2% durante el pasado año, hasta situarse en 13.570 millones de dólares (10.280 millones de euros).
La corporación estadounidense cifró en 1.600 millones de dólares (1.200 millones de euros) su posición de liquidez al cierre de 2008, un importe que la empresa considera "más que adecuado" para satisfacer las necesidades de sus actividades corrientes.
El presidente y consejero delegado del grupo, Bob Rossiter, destacó que la empresa acelerará y ampliará su programa de reestructuración y sus esfuerzos para reducir costes, conteniendo al mismo tiempo sus inversiones para conservar su posición de liquidez.