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Nuervo deterioro del escenario macroeconómico

La caída del consumo lleva a España a la recesión técnica

El Banco de España calcula que el PIB retrocedió un 1,1% entre octubre y diciembre, la peor tasa intertrimestral desde 1993.

Todos los indicadores económicos denotaban desde hace semanas un hecho evidente, pero faltaba la confirmación de un organismo público cualificado. Ayer, el Banco de España certificó que España se encuentra en recesión técnica, al acumular dos trimestres consecutivos de caída de la actividad. El informe económico de enero del organismo sitúa en el 1,1% la caída intertrimestral del producto interior bruto entre octubre y diciembre, lo que supone el peor valor desde la crisis de 1993. La caída frente al mismo periodo del año anterior alcanzó el 0,8%.

El ajuste interno centrado en la construcción y el impacto de la crisis financiera han llevado, según el banco central, a que el año pasado registrase un alza media del PIB del 1,1%, una desaceleración notable frente al 3,7% del ejercicio anterior. El organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez explica en su boletín que el consumo llegó a superar a la inversión como principal responsable del deterioro de la actividad del año pasado. La desaceleración se convirtió en retroceso en el último trimestre, cuando el consumo de los hogares cayó un 1,5% interanual. La destrucción de empleo y las duras condiciones de financiación han llevado a una contracción del gasto familiar, que ni siquiera la mejora de poder adquisitivo (vía caída del euríbor y la inflación) o la devolución de 400 euros en el IRPF pudieron compensar. Obviamente, la caída cercana al 20% sufrida por la inversión en construcción residencial en el último trimestre acentuó ese deterioro. Sólo el gasto público se mantuvo en números negros, con registros similares a los del año anterior.

Los estragos de la crisis (que todavía el año pasado no había alcanzado su cénit) se observan en la evolución de la demanda nacional: su aumento en 2008 apenas fue de cuatro décimas, frente a los 4,2 puntos del año anterior. En tiempos de debilidad interna, el declive de las importaciones subsiguiente ha servido, al menos, para alcanzar una aportación positiva del sector exterior al crecimiento: 0,7 puntos, frente a la negativa de 0,8 del año anterior.

Fernández Ordóñez urge a adoptar reformas económicas ante el 'escaso' margen de maniobra fiscal

El aciago cuarto trimestre también trajo consigo un agravamiento de la débil salud de la inversión empresarial. El retroceso en bienes de equipo superó, según el Banco de España, el 7%. De forma consecuente, el recurso a la financiación ajena moderó su avance interanual hasta el 8%, algo menos de la mitad del registrado en 2007.

La moderación del apalancamiento empresarial es uno de los argumentos a utilizar por quien quiera ver un cuarto de botella llena (la situación no da para más optimismo). La catástrofe en curso está sirviendo para aliviar algunos de los desequilibrios acumulados por la economía española durante sus tres lustros de crecimiento recién truncados. El más evidente es el exceso de dependencia de la construcción, corregido brutalmente en forma de medio millón de empleos destruidos y un número algo mayor de viviendas sin vender.

Además, la caída del consumo también está sirviendo a un repunte de la tasa de ahorro, hasta situarse casi dos puntos por encima de la de 2007. Ello derivó en el tercer trimestre en una inflexión en otro de los desequilibrios más graves: la necesidad de financiación de la economía. El déficit por cuenta corriente se situó entonces en el 9,6% del PIB, cuatro décimas menos que en el periodo anterior.

Más agudo es el citado cambio de la contribución de la demanda externa al crecimiento español, que en el último trimestre llegó a aportar 1,7 puntos al PIB. El frenazo de las importaciones ha superado el de las exportaciones, también castigadas por la crisis económica mundial. Finalmente, la caída del empleo registrada el año pasado fue sensiblemente superior a la del valor añadido, lo que ha duplicado el aumento de la productividad, hasta el 1,7%.

En cualquiera de los casos, buena parte de estas mejoras está causada por problemas más grandes de los que se resuelven, mientras que la luz no se ve todavía al final del túnel. José Luis Martínez Campuzano, analista de Citi, espera que 2009 se cierre con una caída del PIB del 2,7%, si bien con una tendencia creciente a lo largo del ejercicio. Eso sí: 'la mejora esperada para 2010 podría ser simplemente un estancamiento económico'.

El organismo regulador concluye que el mercado de trabajo está actuando como principal elemento de ajuste de la economía española. Dado que, según recuerda, el margen adicional de expansión fiscal es escaso, adquieren gran trascendencia las reformas económicas en el mercado de trabajo, el relevo entre ramas productivas y el aumento de la productividad a largo plazo.

Bruselas pide recolocaciones

Por otra parte, la Comisión Europea reclamó ayer a España más medidas para la recolocación de los parados, que según sus previsiones alcanzarán casi el 19% de la población activa en 2010, y para reducir las diferencias entre los contratos temporales y los fijos. Bruselas ve prioritario corregir el déficit por cuenta corriente y favorecer la reestructuración del sector de la vivienda, en un entorno de contracción económica que alcanzará este año, según la Comisión, el 2%.

El Foro de Davos defiende la intervención de los Gobiernos

'La magnitud del problema es significativamente mayor de lo que lo fue en los años 30', dijo ayer el magnate estadounidense George Soros. Acto seguido, pidió a los Gobiernos del mundo que intervengan para solucionar 'el problema': la actual crisis internacional. Su 'magnitud', efectivamente, no debe conocer precedentes cuando la frase fue pronunciada durante la inauguración del Foro Económico Internacional de Davos (Suiza), un feudo tradicionalmente neoliberal y contrario a todo tipo de intervencionismo. Las palabras de Soros, sin embargo, estuvieron en consonancia con las de la mayoría de expertos que intervinieron en la multitudinaria cita anual. El pesimismo marcó los primeros debates del Foro, donde los economistas coincidieron en que la actual situación es crítica, aunque desecharon que derive en una depresión profunda. La economía global anual crecerá el 2,5% en los próximos tres años -incluyendo 2009-, según la estimación de Stephen S. Roach, director de Morgan Stanley en Asia.æpermil;l y otros incidieron en la necesidad de coordinar estímulos fiscales a nivel global para superar la crisis.Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, dijo que la clave es generar confianza. Añadió que cada Gobierno es responsable de su política fiscal, y aseguró que los diferenciales de bonos de la UE no afectarán al euro, informa Reuters. Ante las peticiones intervencionistas no faltó quien reclamó las bondades del libre mercado. Fue el caso del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, que defendió que no hay otro sistema que haya creado más riqueza. Murdoch, que copreside el Foro este año, cifró en 50 billones de dólares la riqueza personal que ha perdido la gente del todo el mundo en el último año. 'La crisis sigue empeorando y habrá que tomar medidas muy duras para superarla, si es que se puede, aunque va a llevar mucho tiempo', sentenció. Davos, que celebra su 39 encuentro anual, reúne hasta el domingo a más de 2.500 asistentes, entre los que se encuentran 40 jefes de Estado, una veintena de gobernadores de bancos centrales y decenas de dirigentes empresariales. Su objetivo este año es rediseñar el mundo posterior a la crisis. Para ello, distintos expertos abogaron por establecer un mecanismo de detección de los activos tóxicos de los bancos. Nadie concretó, no obstante, la naturaleza de dicho organismo. Tampoco se planteó crear los llamados Bad Bank estatales (banco malo), que absorberían dichos activos tóxicos.Otro de los copresidentes, el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, defendió la necesidad de un nuevo sistema que integre en la dirección a los países emergentes, así como de un nuevo acuerdo pos-Kyoto que sancione de forma efectiva. 'El desafío es saber si somos capaces de cambiar los suficientemente rápido para adaptarnos', concluyó Annan.

La crisis podría elevar en 40 millones el número de parados este año

La peor crisis financiera que ha conocido el mundo desde 1930 golpea con saña el mercado laboral. La Organización Mundial del Trabajo (OIT) estima que tan sólo este año pueden quedarse en el paro más de 40 millones de personas respecto a 2008 y 50 millones si se toman como referencia las cifras de 2007. Este es el peor escenario que contempla la OIT en su informe sobre Tendencias Mundiales de Empleo que presentó ayer.Así, la estimación más pesimista -que prevé un agravamiento de la actual crisis- sostiene que en 2009 podrían estar en el paro uno 230 millones de personas en todo el mundo. La tasa de paro ascendería hasta el 7,1%, 1,1 puntos más que el año anterior.Tras la rebaja de las previsiones del FMI -que ayer situó el crecimiento mundial en el 0,5%-, la OIT ya descarta que se cumpla el escenario más optimista que contemplaba ocho millones más de parados este año respecto al anterior.'Nosotros decimos que estas previsiones son realistas y no alarmistas, porque pueden o no concretarse en función de las políticas que apliquen los distintos gobiernos; si se toman las medidas correctas, tal vez el peor escenario no se cumpla', señaló el director general de la OIT, Juan Somavía.Además del aumento de parados, las condiciones laborales también se deteriorarán. La organización vaticina que el número de trabajadores pobres -que no ganan lo suficiente para mantenerse a sí mismos y a sus familias y su sueldo no supera el umbral de la pobreza de dos dólares al día por persona- puede aumentar este año hasta alcanzar los 1.400 millones, el 45% de los trabajadores de todo el mundo.De acuerdo con el escenario pesimista, el norte de África registrará la mayor tasa de paro del mundo, del 11,2%, seguida de Oriente Próximo. En el lado opuesto, el sudeste asiático mantendrá el nivel de desempleo más moderado, del 5,5%.En cuanto a la Unión Europea y a las economías desarrolladas, la tasa podría pasar del 6,5% de 2008 al 7,9% este año, uno de los incrementos más altos de todo el mundo. España se sitúa como uno de los países desarrollados con un mercado laboral más deteriorado, ya que en el cuarto trimestre de 2008 alcanzó una tasa de paro del 13,9%, según la Encuesta de Población Activa. Una cifra que duplica la peor previsión para este año en todo el mundo y que supera el nivel de paro que registrarán los países del norte de África.Ante este desalentador panorama, la OIT pide 'intensificar y ampliar la protección social y hacer más uso del diálogo social'. Juan Somavía hizo una llamamiento para que en la próxima reunión que los representantes del G-20 celebrarán el 2 de abril en Londres se discuta sobre los problemas que acechan al mercado laboral y no sólo de las dificultades financieras.

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