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Crónica de Manhattan
Crónica
Texto informativo con interpretación

Una corta luna de miel

La velocidad es de vértigo. Pero tiene que serlo porque los primeros 100 días de la presidencia ya se han empezado a contar. Franklin D. Roosevelt sentó los fundamentos del New Deal en ese periodo de tiempo y Barack Obama sabe que el calendario es también crítico para él.

Así, el pasado martes juraba su cargo y el viernes ya se reunía con los líderes de ambos partidos en el Congreso para hablar de la prioridad de su agenda: el estímulo económico de los próximos dos años.

Tras esa reunión se pudieron sacar en claro dos cosas. La primera es que puede que Obama firme el estímulo fiscal el 16 de febrero. La segunda es que se puede anticipar que la luna de miel en la que vive el recién instalado presidente no será ni muy dulce ni muy larga.

La situación económica es muy complicada y el estímulo de 825.000 millones de dólares (636.430 millones de euros) que han acordado los demócratas y el equipo económico de Obama despierta un rechazo que no cesa de crecer entre los republicanos.

La oposición sigue siendo fiel a la teoría del supply side glorificada por George Bush durante su mandato con discutibles resultados. Pese a ello, y en aras del bipartidismo que Obama cree necesario en el actual contexto histórico-económico, se incluyó en el paquete de estímulo un recorte de 303.000 millones de dólares para empresas y familias. Con ello, el presidente debía haberse ganado al bando republicano, aunque buscando el equilibrio en el Congreso perdió las simpatías de grandes e influyentes economistas como el progresista Paul Krugman o Nouriel Roubini, que creen que son caros y no aportan mucho.

¿500 dólares de rebaja anual a cada contribuyente? Eso supone unos 41 dólares al mes. Una gota de agua en el océano, máxime cuando, recuerda Roubini, se espera un aumento en la tasa de ahorro del país. Krugman, por su parte, piensa que a Obama le falta ambición y debería presupuestar más gastos.

Por supuesto, entre las filas republicanas se querrían más recortes fiscales y en el capítulo de gastos, la oposición tampoco está contenta.

Un informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) hecho público el viernes les dio motivos para defender su postura al afirmar que en 2010 sólo el 40% del gasto se haría notar en la economía. Peter Orszag, ex director de esta oficina y ahora encargado del presupuesto en la Casa Blanca, envió una carta ese mismo día al Congreso diciendo que el estudio de la CBO se había hecho con una información parcial y que el 75% del dinero llegará a la economía en 18 meses.

John Boehner, el líder republicano de la Cámara de Representantes, manifestaba el viernes que 'gastar casi un billón de dólares es más de lo que necesitamos poner sobre los hombros de nuestros nietos'. Algunos legisladores objetaban la necesidad de ayudar a financiar la factura que le corresponde a los Estados para hacer frente al Medicaid (la sanidad de los pobres) o la concesión de becas.

La demócrata Nancy Pelosi, líder de la Cámara Baja, va a llevar el estímulo al pleno del miércoles y, pese a que en el comité de apropiaciones no tiene ningún apoyo republicano, los demócratas tienen mayoría. En el Senado, la oposición tendría que votar en bloque y sin fisuras para detener el plan, y no parece previsible. Mitch McConnell, el líder republicano de la Cámara Alta cree que, pese al duro debate que se espera esta semana, el presidente tendrá el plan a mediados de febrero.

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