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Para invertir: planes de pensiones
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las carteras garantizadas sacan pecho frente a sus rivales

El guión de los últimos días en los mercados, y posiblemente el de algunas semanas más, según los augurios más extendidos, sigue escribiéndose con letras temblorosas y renglones torcidos. Hay alta volatilidad en el devenir bursátil. Algo más tranquilo, el mercado de bonos tampoco ofrece la quietud necesaria para encontrar una dirección adecuada. Y en el escenario de los tipos de cambio, las vicisitudes no son menores. Esta semana, por ejemplo, la libra esterlina, una divisa no muy frecuentada por los inversores españoles y en particular por los gestores de planes de pensiones, se ha hundido con estrépito mientras el euro sigue sin cosechar sus mejores resultados habida cuenta de que permanece en el horizonte la foto fija de un recorte de tipos de interés adicional a los que ya se han producido.

Con este escenario, los planes de pensiones del sistema individual transitan de momento por sendas muy parejas a las del pasado año, aunque en la renta fija con menores márgenes de beneficio potencial. Aún así, los planes con posiciones en fondos de renta fija a corto plazo y en algunos segmentos específicos del largo plazo (tanto si se trata de la renacida deuda corporativa como si tiene al dólar como divida de referencia) son los que mejor están disfrutando del momento, viendo la procesión desde la barrera. Desde la barrera la ven indudablemente los planes garantizados, que en 2008 han dado un recital de superioridad sobre sus rivales. Más del 90% de los 100 mejores planes del año pasado son garantizados, con carteras están orientadas a los bonos de larga duración.

La renta variable, mejor ni tocarla, de momento. Con más de un 11% de pérdida en el Ibex 35 en apenas tres semanas, los planes de renta variable siguen sumidos en un mar de lamentaciones. Tras el trauma de 2008, el inicio de 2009 ha sido decepcionante, aunque el ejercicio puede acabar de forma muy diferente. Pero para eso deben cambiar muchas cosas en la economía y pronto.

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