Unas cajas profesionales

Los últimos acontecimientos sobre la lucha política por el control de Caja Madrid, así como determinados intentos de concentración en las cajas de Castilla y León, han provocado la reacción del máximo órgano de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA): ha pedido al Gobierno y a los grupos parlamentarios cambios normativos explícitos para preservar el principio constitucional de autonomía empresarial de las cajas. El sentido de la declaración es siempre pertinente por los riesgos que la politización de la gestión tienen para las instituciones financieras. Pero tiene redoblado sentido cuando se está utilizando una entidad como Caja Madrid, nada menos que la cuarta del país, como terreno de juego para dilucidar disputas partidarias y ambiciones políticas personales. Un caso que alcanza el estado de máxima gravedad porque tales porfías coinciden, además, con una descomunal crisis financiera, en la que deben preservarse, más que nunca, el rigor y la profesionalización en el gobierno de los recursos de los ahorradores y del riesgo de los emprendedores. El Ejecutivo, que había anunciado pasos en tal sentido, no debe demorar más la iniciativa.