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Cinco Sentidos

Tenis y ciclismo estrenan el año en las antípodas

Lance Armstrong vuelve a competir después de tres años.

Nunca hubo tanta expectación hacia el Tour Down Under, la prueba que abre el calendario ciclista, en la región de Adelaida (Australia). La estrella retirada Lance Armstrong, de 37 años, siete veces ganador del Tour de Francia, vuelve de sus cenizas para retar al mundo en general, al ciclismo en particular y a su propio compañero de filas, Alberto Contador, y para luchar contra el cáncer. No muy lejos de allí, en Melbourne, el lunes empieza el Open de Australia, la primera gran prueba del circuito de tenis, un deporte que resiste a la crisis mejor que el golf o la Fórmula 1.

El Tour Down Under comienza el domingo y terminará una semana después. La etapa prólogo se denomina Clásica Cancer Council, en referencia a la organización del Estado australiano contra el cáncer, que se convirtió en principal patrocinador de la carrera al saber que participaría Armstrong, que superó un cáncer de testículo. SA Health, el departamento de salud de Australia del Sur, también se incorporó a la lista de mecenas, con el objetivo principal de luchar contra el tabaquismo. La expectación es tal que 1.900 personas han pagado 125 euros para cenar con el estadounidense y otros ciclistas en la Legends' Night Dinner, el próximo sábado. El año anterior se vendieron 740 cubiertos.

Armstrong ha vuelto a las órdenes de su antiguo director, Johan Bruyneel, ahora en el Astana, el mismo equipo de Alberto Contador, ganador de Tour, Giro y Vuelta. La incertidumbre es saber si el ciclista será capaz de volver por sus fueros, o si tendrá la humildad de trabajar a las órdenes de Contador.

Al margen del regreso del americano, y de la crisis económica, el ciclismo se mantiene envuelto en la confusión de costumbre, golpeado por el dopaje. Este año han desaparecido el Gerolsteiner y el Crédit Agricole, y el Saunier Duval y el CSC han dejado el patrocinio. El primero ha sido sustituido por Fuji Servetto, la filial de bicicletas de la marca fotográfica, y el segundo por Saxo Bank, una banca danesa de internet.

Las estructuras del tenis son más sólidas, a tenor de las palabras del director comercial de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Jan Menneken: 'Sólo la Tercera Guerra Mundial podría afectar a los grandes torneos. La Federación tiene reservas sustanciosas y podríamos superar cualquier fallo de uno de nuestros grandes patrocinadores'. Como en otros deportes, la industria del motor y la financiera abundan entre ellos. La coreana Kia Motors, por ejemplo, es uno de los principales mecenas del Open de Australia. Mientras que otros deportes recortan gastos, el Open aumentará los premios un 12,3%.

En el circuito femenino (WTA) las recompensas crecerán un 23% este año. Kirs Dent, portavoz del circuito masculino (ATP), destaca que compañías como Enel, Ricoh y South African Airways han renovado sus acuerdos de tres años por 15 millones de euros, y alguno ha entrado de nuevas, como Barclays, con 30 millones por cinco años.

La ITF, la ATP y la WTA admiten, sin embargo, que renovar contratos o encontrar nuevos socios podría ser un reto, especialmente para los torneos más pequeños, si la recesión dura mucho tiempo. Un portavoz de la Asociación de Tenis de Estados Unidos, que organiza el Open de EE UU, señala que la piedra de toque será comprobar el impacto en la venta de entradas. La WTA espera que su sistema de compartir beneficios con los tenistas atraerá a potenciales patrocinadores. 'Es una excelente idea porque sirve para alinear el interés económico de los jugadores y de los torneos', explica Larry Scott, presidente de la WTA.

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