La exportación de la música española
La internacionalización de la cultura en general y de la música en particular se ha desarrollado en nuestro país desde la perspectiva de la acción cultural en el exterior, constituyendo uno de los denominados factores de poder blando dentro de las estrategias de diplomacia pública. La promoción exterior de la música española tiene, desde este punto de vista, excelentes resultados en la generación de elementos positivos que configuran la marca-país, haciendo de España un lugar admirado en el panorama internacional, atractivo para el turismo y la inversión extranjera, y facilitando la exportación de otros bienes y servicios.
Eso es algo que se podrá comprobar estos días, del 19 al 21 de enero, con ocasión de la 43a edición del Midem en Cannes (Francia), uno de los principales encuentros del sector musical a nivel mundial. La celebración de esta feria es un buen motivo para reflexionar, desde la actualidad, acerca de la exportación de la música española y cómo desde el Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) se contribuye a dicho proceso.
Una vez reconocidos por todos las externalidades positivas de la promoción exterior de la música y la cultura, que difícilmente pueden incluirse en el precio, por ejemplo, de un CD, y que sin embargo revierten positivamente en el conjunto de la sociedad, se debe tener en cuenta que la internacionalización de la música debe ser un objetivo en sí mismo. Cuando el sector musical español, en el que el ámbito discográfico está atravesando una grave crisis (desde 2001, los ingresos por ventas se han reducido en un 57%, según lo datos del sector), muestra grandes dificultades para su desarrollo como sector económico, el alcanzar nuevos mercados que permitan incrementar la actividad resulta un objetivo fundamental.
Estos nuevos nichos de negocio proporcionarán a nuestros músicos, a nuestros autores y, con ellos, al conjunto de profesionales, unas mejores condiciones para poder ejercer su actividad, desarrollar su creatividad y fortalecer los modelos de gestión y explotación. Es por esta razón por la que deben aplicarse medidas y estrategias que, lejos de las tradicionalmente empleadas, garanticen la estabilidad de la presencia musical en los mercados internacionales. Se trata, por lo tanto, de acciones orientadas a promover la música española de una manera estratégica: selección de repertorios según los países objetivo, análisis de los diferentes mercados, creación de acciones específicas para las diferentes expresiones musicales, etcétera.
La coordinación de actuaciones entre los diferentes actores del panorama musical deviene, en este contexto, en algo fundamental para conseguir ambos objetivos: desarrollo del sector musical y generación de imagen positiva para el país. La coexistencia de estos dos objetivos requiere acciones complementarias y coherentes entre los agentes e instituciones responsables de dichas medidas.
Muchos países de nuestro entorno (Francia, Dinamarca, Hungría y un largo etcétera) han impulsado la puesta en marcha de oficinas para la exportación de música, instituciones en las que las distintas Administraciones públicas competentes, así como los principales agentes privados, consensúan y coordinan sus actividades, con objetivos claros y estrategias diferenciadas.
En nuestro país, la estructura más parecida es la plataforma Sounds from Spain, cuyo origen fue impulsado por la Fundación Autor de la SGAE y el Icex, y en la que participan además diferentes instituciones, como el Inaem (Ministerio de Cultura) y PromoMadrid (Comunidad de Madrid), así como organizaciones privadas como ARTE (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo), Aedem (Asociación Española de Editores Musicales), Promusicae (Productores de Música de España) y UFI (Unión Fonográfica Independiente). Es precisamente en el seno de dicha plataforma donde se ha organizado la presencia española en el Midem de Cannes. Es un buen camino andado, que no obsta para que todo sea mejorable de cara a conseguir una mayor presencia de nuestra música en el panorama global.
La creación musical en España presenta un alto nivel de calidad así como un también elevado grado de diversidad: desde el flamenco hasta la electrónica, pasando por el hip-hop, la clásica contemporánea, el rock o el jazz, son casi innumerables los géneros musicales en los que los compositores y músicos españoles aportan una visión propia y diferente, que expresa nuestra sociedad y que la comunica al resto del mundo a través de mecanismos basados, en la mayoría de las ocasiones, en el mercado. Pues bien, un compromiso claro que permita implementar estrategias oportunas es fundamental para que nuestra música ocupe el papel que le debe corresponder.
Juan Miguel Márquez. Director de la División de Servicios e Industrias Culturales del Icex