Un aceite de gala
El virgen extra Dauro de L'Empordà ha aderezado cinco años el banquete de los Premios Nobel
La calidad de los alimentos de España es cada vez más apreciada dentro pero también fuera de nuestras fronteras. Prueba de ello son los innumerables reconocimientos a sus productos en certámenes internacionales. Vinos, quesos, patés, ibéricos o aceites de oliva cuentan con el favor de los consumidores, atraídos por la garantía de calidad y de alimento saludable.
Este marchamo les hace invitados especiales en muchas de las más distinguidas mesas y en las cocinas más renombradas de todo el mundo. Es el caso del aceite de oliva virgen extra Dauro, que aderezó con sabor español la cena del tradicional banquete ofrecido en el Ayuntamiento de Estocolmo tras la gala de los Premios Nobel.
Los 1.300 invitados al banquete pudieron degustar un lenguado con mariscos suecos, hinojo y eneldo y un filete de ternera acompañado de verduras de temporada y terrina de patatas elaborados con este aceite, veterano en estas celebraciones, pues estuvo presente ya en las cenas de los Nobel de 2001, 2003, 2004 y 2005.
Dauro -como Aubocassa, la otra marca de la compañía- es un ejemplo del proceso de modernización de la agricultura española de los últimos años, que ha convertido a la industria agroalimentaria en un sector estratégico, y de la apuesta de sus empresas por la elaboración de productos de altísima calidad.
Este ánimo es el que llevó a un grupo de aceiteros a crear en 2003 Grandes Pagos de Olivar, 'un club para defender el concepto de la cultura del aceite, una agrupación sin ánimo de lucro para compartir costes y unir fuerzas en la defensa de esta filosofía', explica Agustín Santolaya, director general de Dauro de L'Empordà, uno de sus fundadores junto a Alfredo Barral (Abbae de Queiles) y Carlos Falcó (Marqués de Griñón). Grandes Pagos cuenta ya con seis miembros -a los anteriores se unieron Marqués de Valdueza, La Boella y Fuenroble-. Sus miembros tienen que tener dos premisas fundamentalmente: la calidad y la difusión de la cultura del aceite.
'Fuimos pioneros en la creación de alta calidad en España', asegura Barral, que es el presidente de la asociación. 'En 10 años nos hemos posicionado en más de 50 países en el segmento de alta calidad al nivel de los italianos', afirma. Porque los italianos han sido hasta ahora los reyes del marketing, apoyados, claro, en unas excelentes materias primas. 'En la Toscana y Sicilia se hacen aceites de altísimo nivel', admite Santolaya. Barral recuerda que hace ocho años el aceite español en los grandes establecimientos de Nueva York o Londres, en el mismo segmento de calidad, era siempre un 50% más barato. 'Hoy esto ya no es así', reconoce.
La producción de los miembros de esta asociación (entre 100.000 y 180.000 botellas de medio litro al año) está enfocada en su mayor parte al mercado exportador. Japón, Alemania, Suecia, Francia o EE UU son algunos de los más importantes mercados.
España es el primer productor mundial de aceite de oliva, con una media anual de 700.000-800.000 toneladas, según datos de Asoliva (Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador de Aceite de Oliva).