La Casa Blanca se defiende de las críticas por cómo maneja el plan de rescate
El gobierno del presidente George W. Bush ha usado la ayuda financiera de 700.000 millones de dólares aprobada por el Congreso en octubre pasado "de la mejor manera posible para estabilizar la situación", afirmó hoy la Casa Blanca.
Pero una comisión bipartidista encargada por el Congreso de la supervisión del uso de los fondos, señaló que el Departamento del Tesoro no lleva siquiera las cuentas de cómo se han usado cientos de miles de millones de dólares, y además no responde a muchas preguntas de los supervisores.
"El programa funciona", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott Stanzel. "Obviamente, todos quisiéramos ver resultados más rápidos: los bancos empiezan a fortalecer sus balances, empiezan a prestar nuevamente, aún en un contexto económico difícil".
"El Departamento del Tesoro ha trabajado con diligencia para atenerse a los requisitos de rendición de cuentas que impuso el Congreso", añadió.
Poco después de que la comisión supervisora divulgó su segundo informe sobre el uso del socorro financiero, el presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, Barney Frank, presentó un proyecto de ley que hará más estrictas las normas que debe cumplir el gobierno.
"Nosotros confiamos, pero también queremos verificar lo que se hace con el dinero de los contribuyentes", declaró Frank. El Congreso tendrá que aprobar lo hecho hasta ahora antes de que el gobierno tenga permiso para usar la segunda mitad de los 700.000 millones de dólares promulgados en octubre.
La presidenta de la comisión supervisora, Elizabeth Warren, dijo que el Tesoro, que en octubre empezó a distribuir unos 250.000 millones de dólares en inversiones bancarias, "no les dijo a los bancos qué tenían que hacer para recibir el dinero.
"Los fondos podían usarse para dar préstamos, o para la compra de otros bancos", dijo Warren. "O bien podría amontonarse en las arcas bancarias y allí se queda".
La comisión, integrada por cinco personas, indica que "parece haber brechas significativas en la capacidad del Departamento del Tesoro para rastrear adónde han ido a parar cientos de miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes".
"Las preocupaciones iniciales de la comisión acerca del Programa de Alivio de Activos Problemáticos -que fue el nombre original del auxilio financiero- han aumentado, exacerbadas por las explicaciones cambiantes acerca de los propósitos e instrumentos usados por el Tesoro", señala el informe.
El gobierno "no ha explicado todavía cuál es su estrategia para la estabilización de los mercados financieros", añadió el grupo supervisor.
En principio, cuando urgió al Congreso para que aprobara el programa, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, dijo que se usaría la mayor parte del dinero para el "alivio de activos problemáticos", especialmente las deudas de alto riesgo.
A mitad de octubre el gobierno empezó a asignar cientos de miles de millones de dólares a la compra de acciones en bancos privados, y la nacionalización de la firma de seguros American International Group (AIG).
Más tarde, el gobierno empujó al Congreso a que aprobara el uso de una porción del socorro financiero para sustentar a las empresas Chrysler y General Motors que, según se dijo, encaraban una inminente bancarrota.
El informe de la comisión apunta que el gobierno ha hecho muy poco para ayudar a los millones de compradores de casas que encaran la ejecución de sus hipotecas y el desalojo, aunque ésa fue la promesa inicial.
La comisión sostiene que el Tesoro no tiene la capacidad de asegurar que los bancos presten el dinero que han recibido del gobierno, no tiene normas para medir el éxito o fracaso del programa, y no atiende las preguntas de la comisión u ofrece respuestas incompletas.