España y Reino Unido, dos burbujas inmobiliarias
Durante gran parte de la década de los noventa, el euro fue la gran cuestión política tanto para España como para Reino Unido. En Reino Unido el problema consistía en si adoptar o no el euro, mientras que a España lo que le preocupaba era si su economía sería lo suficientemente robusta para poder optar a él.
Los españoles no sólo son mucho más ricos en términos absolutos que hace 10 años, también tienen más confianza en la política y en el comercio europeo. La incómoda realidad es que España debe gran parte del crecimiento económico (...) a una insostenible explosión de su gasto en vivienda (...).
Pero ahora que el mercado inmobiliario se ha desmoronado y que la facilidad crediticia se ha endurecido, España debe adaptarse. En los viejos tiempos, esto habría desembocado en la devaluación de la peseta (...). Hoy el único remedio deberá encontrarse en la economía real, a través de una mayor eficacia y de la reducción de la demanda.
El euro (...) ha tenido mucho menos efecto en ambas economías de lo que se presupone. Pertenecer a una zona económica mayor no ha protegido a España de la burbuja inmobiliaria y crediticia, pero tampoco Reino Unido se ha visto protegido por su flexibilidad monetaria.