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Los juegos clásicos del tablero se reinventan para un nuevo público

La crisis favorece el ocio hogareño y se editan nuevas versiones de 'Risk', 'Monopoly' o 'Cluedo'.

No sólo los videojuegos se aprovechan de que la crisis invite al ocio hogareño. Los más tradicionales juegos de mesa también se benefician de la coyuntura, y varios de los más conocidos buscan redoblar sus ventas de cara a las Navidades con nuevas versiones, caso de Monopoly, Risk o Cluedo.

El Monopoly, nacido en 1935, conoce una edición mundial con ciudades votadas por los internautas en vez de calles, y pago electrónico en lugar de billetes; el Risk, original de 1959, incorpora ahora capitales y cartas de objetivo, y el clásico crimen de mansión inglesa del Cluedo (1948) se convierte ahora en un asesinato en el loft de un multimillonario neoyorquino.

Fuentes de la multinacional que posee los derechos de todos estos títulos, Hasbro, destacan que sus ventas nunca aflojaron, pero que es posible que sus compradores incidan ahora en la idea de que 'no salir de casa no significa aburrirse en casa. Podemos quedarnos y pasarlo muy bien con un juego de mesa. La crisis puede haber contribuido al crecimiento de estos productos en este último año, pero en nuestro caso queremos insistir en que también influye la continua innovación'. Además, frente a la actividad casi siempre individual de los videojuegos, la colectiva de estos juegos interesa a muchos padres.

El hecho reproduce un fenómeno que se desató en Alemania en los noventa, cuando un juego de mesa local, Los colonos de Catán, vendió cinco millones de copias en un par de años. Desde entonces, Alemania es la meca de este nuevo tipo de 'juegos de autor', algunos de cuyos creadores se han convertido en referentes, como el creador de Catán, Klaus Teuber, o el matemático Reiner Knizia, con cientos de juegos publicados.

Las tiendas especializadas también admiten un aumento en el interés de una nueva clase de público. Según María Mira, de Ingenium Ocio Inteligente en Madrid, 'éste era un sector tan poco desarrollado en España que casi sólo podía ir hacia arriba por asimilación al resto de Europa'. Mira explica que muchos clientes buscan consejo para adquirir un juego para una fiesta casera. 'Nos piden alguno que funcione bien para un grupo de varias personas, pero al que luego también puedan sacar partido sólo dos, en una velada sólo con la pareja', explica.

De los que actualmente están publicados en el mercado español, Mira suele recomendar Carcassonne -en el que se elabora un mapa medieval- y Jungle Speed -un juego de reflejos-, dos opciones bastante sencillas, 'porque también se desea que sean juegos de aprendizaje rápido. Una fiesta puede fastidiarse si se pierde demasiado tiempo en explicar reglas…'. Estos dos juegos no superan los 20 euros de precio. Con horas de amortización por delante, son una inversión rentable si el grupo disfruta de las partidas. 'Una proporción cada vez mayor de esos clientes nos piden luego juegos más complicados'.

Además de multinacionales como Hasbro, en España existen ahora mismo media docena de editoras especializadas en juegos de tablero, todas ellas nacidas en los últimos tres años salvo la hispanobrasileña Devir. Entre las novedades más jugosas publicadas de cara a Navidad, pueden citarse Keltis -ganador del premio juego del año en Alemania hace un par de meses-, la baraja para inventar cuentos æpermil;rase una vez... o el simulador automovilístico Fórmula D.

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